viernes, 26 de marzo de 2010

48 horas

... además yo no se nada de objetos transicionales ni me importa un carajo, como si la psicología tuviera la llave maestra de los grandes enigmas humanos, lo mío es mas inmediato ¿entendés? mas del aquí y ahora por eso me abanico con la promesa futura de larga vida, bienestar y aire puro ¿me vas a decir que sólo yo ensucio el aire? ¿y ustedes que son, superhéroes?, hoy resulta que se plantan en el no irreconciliable y te dejan afuera hasta de los bares como si uno fuera leproso, sigan jodiendo nomás pero no se quejen el día que toda esta intolerancia desate la tercera guerra mundial, por que es así ¿viste? para incendiar un bosque no se necesita un lanzallamas, alcanza con un fosforito y ustedes llevan rompiendo las bolas el tiempo suficiente para desatar una tragedia y al divino pedo porque decime si no hay mejores propósitos a los que destinar tanta energía legislativa, tanta campaña del Ministerio de Salud, tanta bibliografía especializada, tanto reporte de la OMS que nadie se cansa de recomendar aunque sí de leer, pero haceme el favor, a quién le ganaron, qué quieren inventar, "perjudicial para la salud" psé, perjudiciales para la salud también son las suegras y nadie les cuelga un cartelito del pecho por eso, ni las manda a sentarse en la vereda o en la mesa que está justo al lado del baño, dejate de joder ¿a dónde vamos a ir a parar viejo? basta que algún boludo empiece con la Cruzada para que todos los giles se encolumnen detrás, y no me vengas con que reacciono así porque estoy ansioso, si yo no te decía ni te dabas cuenta y no te dije porque no busco aplausos ¿me entendés?, no quiero tu aprobación ni un carné de socio de la mitad saludable del mundo, lo que yo realmente quisiera es agarrar un Marlboro gordo como la zurda de Maradona y quemarlo hasta la mitad de una sola pitada pero me la aguanto ¿ves? ya van dos días completos con sus horas, sus minutos, sus segundos y sus milésimas y aquí sigo, y no me siento un prístino ni un iluminado en condiciones de servir como faro de los buenos hábitos del prójimo y ahora me encapriché y lo voy a logar porque soy tipo de empezar y terminar ¿viste? no como esos jetones que se prenden en las campañas de concientización con el índice en alto pregonando verdades a diestra y ...

lunes, 15 de marzo de 2010

Ese cielo

Según su costumbre, mis obligaciones me llevaron de nuevo a Bariloche y zonas aledañas la última semana y es ese el escenario de lo que quiero contarles. Nos habíamos propuesto examinar en cinco días todos los juicios de todos los fueros en los que es parte actora o demandada el organismo para el que trabajo, y allí fuimos, dos abogados para unas 50 causas en trámite desparramadas por toda la Patagonia norte.

Generalmente, las cuestiones logísticas son fáciles de resolver, apenas llegamos la autoridad local puso uno de los vehículos oficiales a nuestra disposición, pero déjenme decirles algo que tal vez se ignora respecto a los bienes públicos: como son de muchos son de Nadie y Nadie los cuida. Y poner a disposición no es exactamente lo mismo que entregar las llaves en el acto, pese a todas mi recomendaciones y súplicas me hice de la camioneta recién a las 5 de la tarde del martes, dos horas después de lo que tenía programado salir para cubrir el trayecto Bariloche -Zapala y llegar con luz de día. Son sólo unos 370 km pero muy escasamente transitados, en muchos tramos es camino de cornisa y entre ambos puntos no hay ciudades, qué digo ciudades, no hay siquiera pueblos, o parajes, o áreas de servicio, es más, no hay ni un miserable rancho, NO HAY SEÑAL DE CELULAR, por eso quería salir temprano, pero no. En fin, allá íbamos Tambu y yo, subordinación y valor.

No paramos ni para escurrir las aceitunas sin evitar con eso que la noche más cerrada de la historia del universo nos cayera encima faltando todavía un trayecto de 70 km por recorrer y sin embargo con optimismo desaforado nos imaginábamos en breve sentados a la mesa de algún bodegón avalanzándonos implacables sobre un corderito que llevara apenas horas muerto.

Dijo Murphy (sí, el de las famosas leyes) que todo lo que puede salir mal seguro saldrá mal y no hay construcción más condenadamente decidida ni de mayor comprobación histórica, bien lo se. De súbito la Partner me tembló en las manos haciendo ese ruido clásico como de que algo muy feo le está pasando a alguien (a mí, a nosotros) y sin tocar el freno orillé al costado de la ruta (allí no hay banquinas, hay miles y miles de hectáreas de estepa pelada y muy bien ventilada).

- ¿Pinchamos? - preguntó Tambu
- Eso o entró en convulsiones - le dije
- Bueno, la soga viene con mierda y hay que agarrarla con los dientes - su frase célebre.

Examinen detenidamente la siguiente secuencia de desastres:

1) El vehículo no tenía balizas ni una puta linterna (¿qué clase de idiota no lleva una linterna en el auto?), debimos encender todas las luces para hacernos visibles y disminuir las posibilidades de pasar a formar parte del decorado frontal de algún camión.
2) Criquet, llave cruz y rueda de auxilio no estaban a la vista, los fuimos encontrando instintivamente en distintos compartimientos,tomó cierto tiempo.
3) El auxilio está oculto bajo un armazón sujeto por un bulón a rosca cuya cabeza aparece en el baúl por debajo de la alfombra, tardamos un rato en darnos cuenta después de leer el manual que por supuesto estaba en cualquier lado menos en la guantera donde uno lo buscaría de primera intención.
4) Cuando por fin cambiamos la rueda, la rosca del bulón se falseó y no hubo manera de volver a poner la goma pinchada en el arnés metálico que colgaba tocando el suelo. Con el precinto del matafuego improvisamos un lazo para atarlo y a duras penas conseguimos cerrar el baúl.
5) Nos sentamos, puse el contacto y no hizo una miserable chispa, toda la batería se consumió mientras realizábamos la maniobra.

Bajé del auto con dos pensamientos secuenciales dándome vueltas por la cabeza. El primero fué una frase del Perito Moreno, creador de nuestros Parques Nacionales: "En la humilde aridez de la estepa se oculta la vida"; esperemos que vida sin garras ni dientes ni colmillos venenosos ni aguijones. El segundo pertenece a Serrat. "Todo infortunio esconde alguna ventaja"; y entonces lo ví, el paño oscuro del cielo, tan negro como en el principio de los tiempos, se alzaba exhibiendo todas las estrellas, las que nos corresponden por derecho y todas las demás, es algo que vale la pena contemplar incluso a expensas de un reventón tan desgraciado como inoportuno. Sea cual fuere tu idea de inmensidad cambiaría si vieras ese cielo.

Tambu se paró en el medio de la ruta moviendo los brazos como un náufrago y detuvo tal vez el único auto que hizo el mismo trayecto que nosotros ese día. Por supuesto su conductor no tenía (nosotros tampoco) cables para conectar ambas baterías pero un par de brazos extra nos permitieron mover la Partner en segunda (y cuesta arriba, otro detallecito) hasta que arrancó.

El resto del viaje lo hicimos cantando canciones típicas de cancha sólo que en el estribillo reemplazamos el nombre del odiado equipo rival por el del pelotudo funcionario que nos entregó la camioneta tarde y en las condiciones descriptas supra, a las que en mérito a la brevedad me remito.

martes, 2 de marzo de 2010

Viejésimo aniversario

Hoy es mi cumpleaños, así que pasando de a uno en fondo.