martes, 19 de abril de 2011

Mis respuestas

Estas cosas rara vez me salen bien pero una encerrona es una encerrona y hay que joderse; aquí voy:

¿Te llevas bien con tu suegra?
Sí, le tengo mucho cariño, está cuando debe estar y a cambio rompe moderadamente las pelotas. Un trato justo.

¿Cuál es tu reto?
En lo personal dejar de fumar, no hay cosa más sencilla lo he hecho cientos de veces. En lo profesional llegar a ser el Procurador General del Tesoro de la Nación (máximo abogado del Estado) aunque también me conformaría con un puesto menor, digamos Presidente de la Corte Suprema de Justicia por decir algo.

¿Qué le dirías a tu jefe si te toca la lotería?
Yo no tengo jefes, tengo jefas; mi superior inmediato es la Presidenta del organismo público para el que trabajo, luego la Presidenta de la Nación a la sazón jefa inmediata de ésta y por último la Tana con menor jerarquía burocrática pero mucho mayor poder implícito. A la primera le diría que seguiré en mi puesto que mi trabajo me encanta y lo haría incluso ad honorem, a la segunda que es un honor servir a sus órdenes (y lo digo porque realmente lo creo) y a la Tana le diría "Gorda, ¿viste esas botas que te gustaron? comprátelas nomás, dale para adelante".

¿Qué harías si descubrieras que alguien te está mintiendo?
Me pasa frecuentemente, todo el mundo le miente a los auditores quevacé.

Si se quema tu casa y solo puedes salvar una cosa ¿Qué salvas?
Ay no sé, qué momento, estoy entre el control remoto de la tele y una botella de Agavero que me regalaron.

Entras en un sitio con mucha gente, ¿qué haces?
Generalmente me voy al ratito.

¿Ves el vaso medio lleno o medio vacío?
Veo un vaso lleno por la mitad; la imaginación, principal ingrediente del optimismo, nunca ha sido un atributo que me distinga. Tampoco soy pesimista, demanda la misma energía pero en sentido inverso.

Te encuentras una lámpara mágica, ¿qué tres deseos pedirías?
Felicidad, salud y solvencia para todos los que integran el mundo de mis afectos incluido yo mismo. Amor ya tengo, propio sobre todo.

¿Cuál es tu canción favorita?
Dos, "Here comes the sun" de George Harrison y "Eiti Leda" de Charly García.

¿Por qué creaste tu blog?
Por culpa de Sonia, pero siempre me ha parecido una buena idea y nunca se lo agradecí apropiadamente. Gracias Sonieta.

¿Cómo te ves dentro de 5 años?
De lejos seguramente, porque con mi recién estrenada presbicia me cuesta mucho enfocar de cerca.

¿Qué hubieses querido ser? (Que no sea la profesión que tienes ahora)
Si no fuera abogado sería economista. Siempre me ha divertido la idea de sostener teorías impecablemente lógicas que no se cumplen en la puta vida.

¿Cuáles son las tres cualidades que más valoras en tu pareja (real o potencial)?
Para empezar la Tana es real, tiene mucho potencial pero es tan real como vos y yo. Su manera de hacerme sentir bienvenido, su habilidad para aplacar mis demonios interiores y cierto don que hace que todo a su alrededor florezca, prospere y engorde, son sin duda las cualidades de ella que prefiero. Hay otras que el decoro me obliga a mantener en reserva y después está la otra cuestión que sin ser determinante merece sin embargo alguna mención dentro del contexto general: cocina como los Dioses.

¿Qué cosa te gustaría hacer, sí o sí, antes de dejar este mundo?
Contratar al mas prestigioso grupo de médicos que el dinero pueda comprar para que traten de mantenerme con vida. Es que hay tanto que quisiera hacer antes de dejar este mundo.

¿Estás feliz con quien eres? Si pudieras, ¿Cambiarías algo? ¿Qué y por qué?
Sí, sé bien quién soy y me gusta.

¿Tu lugar en el mundo?
El lado izquierdo de la cama; a la derecha duerme la Tana.

¿Una frase?
"En lo cotidiano está lo profundo" de Romano Guardini.

¿Qué haces para mimarte?
Algún asadito ingenioso y bien regado.

¿Qué haces cuando sentís que no tienes ganas de nada?
Miro una de tiros y piñas en la tele qué voy a andar inventando.

¿Si pudieras cambiarte por alguien, por quién te cambiarías?
¿Por qué le haría eso a alguien?

Y la mía

¿Qué es lo peor que has hecho en tu vida?

Todos los que propondría ya están propuestos excepto Martín.

lunes, 18 de abril de 2011

Güevos, lo que se dice güevos

En el paraje El Lipeo, corazón de la yunga salteña al límite con Bolivia y sede del PN Baritu vive una antigua pobladora (antigua en el cabal sentido de la palabra que tanto designa su permanencia en el sitio como sus incontables años) de nombre Felipa. Allí estábamos mi equipo y yo, acovachados en el destacamento de Parques Nacionales para protegernos de la lluvia y de la noche (cuando llueve en la selva llueve en serio) esperando la cena que preparaba Luciana y tratando de convencer a Gretel, la guardaparque que nos acompañaba, de que encendiera de una puta vez el grupo electrógeno porque ya no podíamos vernos los dedos.

Unos tímidos aplausos a la usanza local indicaron que teníamos visita, es cosa que siempre me maravilla ver cómo en esos lugares despoblados la gente se visita por el puro gusto de mirar una cara nueva y contarle algo a alguien. Tenía razón Aristóteles, ubi homo ibi societas.

Felipa, una viejita de no mas de metro y medio y 40 kilos mojada, entró sonriendo y nos saludó uno a uno preguntando de dónde veníamos y pa´qué éramos güenos. Esa es otra curiosidad que jamás me pasa inadvertida, la gente de tierra adentro necesita saber lo que uno hace por lo que pudiera tener de útil dado el caso. En el grupo habíamos dos abogados, un biólogo y una veterinaria, flaco favor le hicimos digo yo.

Y se sentó con la taza de café entre las manos y se puso a hablar de cosas estremecedoras con tanto hábito, con tanta familiaridad que se te helaba la sangre en las venas nomás de escucharla. Hablaba acentuando las palabras de un modo extraño (por ejemplo "maíz" lo decía "máiz"), costaba entenderla, pero Gretel nos oficiaba de traductora simultánea. Y así, displicentemente, mientras desmenuzaba el pedazo de pan que le convidamos ("pan alto" dijo entusiasmada, porque ellos hacen una especie de torta de harina mas bien chata) nos contó que vivía en su rancho a unos 7 km de donde estábamos, subiendo el faldeo por senderos de selva, y que plantaba maíz y tenía algunas gallinas, un par de ovejas y unas tres o cuatro vacas.

- ¿Y qué edad tiene doña Felipa? Y que no lleva la cuenta, que no se acuerda cuántos tenía cuando su papá la anotó en el Registro Civil, que su documento dice 75 años pero tiene algunos más.

- ¿Y NO TIENE MIEDO DE VOLVERSE SOLA DE NOCHE POR LA SELVA? Y que no, que sólo tuvo miedo una vez a los 8 años cuando su padre la llevó a arriar unas cabezas en los faldeos y la dejó "abajito de un alero" (Gretel aclaró que así llaman a las salientes de roca en la montaña) mientras él bajaba al pueblo a "chuparse" (darle al trago) y ella ahí, solita en la selva, acompañada de su perro y algunas provisiones hasta que el viejo volvió a la semana, y "esa güelta sí que hei tenido miedo". Lola tiene 8 años, imagínense mis escalofríos.

- ¿Y ahora se vuelve a su casa o se queda por aquí en lo de algún vecino? Y que se vuelve nomás caminando despacito y cuando se cansa se echa un rato y que más de una vez amaneció al costado de la huella porque se quedó dormida (dormida en una jungla asfixiante y llena de peligros reales, tangibles y potencialmente mortales).

- ¿Y alguna vez se topó con alguna víbora? Y que sí, que la han picado dos veces de niña y una vez ya mayor y que la primera vez le dió una fiebre mala y su mama la curó con no sé qué preparado y que la última vez ya lo sintió "ni poquito".

- ¿Y ha visto yaguaretés cerca de su casa? Y que sí "ai visto al gato" y que no hace mucho notó que el cordero que había dejado "liado a un palo en el patio" no estaba y que la cuerda tirante se metía en la maleza y los perros ladraban y que ella se puso a tirar de la soga y allí estaba el gato (un yaguareté que en un mal días es capaz de matar un toro de 500 kg y al que le basta un sólo zarpazo para filetear a esta vieja como pa´milanesas) a tres metros de ella prendido al anca del cordero y la miraba con los ojos amarillos, las orejas redondas y la cola "moviendo", "roncándole feo" (esta simple expresión me erizó todos los pelos de la nuca) y que "se le ai puesto a duelear al gato porque no le lleve el cordero" (duelear = enfrentar, disputarle la presa, yo creo que en su lugar hubiera ido a buscar otro cordero más gordito para ofrecérselo) y que el bicho tiró y tiró y terminó llevando.

Cuando Felipa partió, se habló de la adaptación al ambiente, de la familiaridad con el peligro como neutralizante del miedo y bla, bla, bla; puede ser que para ella represente menos riesgo vivir en la selva que cruzar Libertador en hora pico, por ejemplo, pero cualquiera que se ponga a peludear con un gato de 120 kilos hambriento no tiene huevos, tiene GÜEVOS lo que dice GÜEVOS,




¿o no?