Ahora ya está resuelto. Antes del 10 de octubre pasado imperaba el secreto a cal y canto pero ya campean a plena luz del día los entretelones de la pasada elección presidencial y, los merodeadores de siempre, los incunables de la Administración Pública que hacen oficio de encontrar y sacar a relucir secretos, empezaron a desparramar sus tesoros. De casualidad me topé con uno, viejo conocido por ninguna razón en especial que ardía en deseos de contestar lo que nadie le pregunta. El me contó esta anécdota de cuya veracidad dudo.
Parece que el mutismo del Sr. Presidente durante la campaña proselitista de su señora esposa no fue su plan original (el de él, no el de ella). El hombre tenía firme intención de apoyar vehementemente la candidatura ganancial, sólo que dudaba respecto al mejor modo de lograrlo. Dicen que reunió a su énclave cercano para formular un mensaje dirigido a la masa de votantes, que agotara definitivamente la discusión y permitiera sortear los ataques mediáticos de la oposición. Pero puso algunas condiciones; a saber: no quiso que fuera un mensaje en cámara (reflexionando que el Pueblo estaría harto de ver desfilar prospectos presidenciales variopintos y aturdido de sus críticas y arengas), tampoco hacer referencia directa a sus adversarios políticos (para elevarse sobre la arena de la disputa) ni mostrar excesivo interés en la continuidad de la gestión (para resaltar el rasgo distintivo que lo separa del resto de la dirigencia vernácula y que es su aparente apatía por la perpetuación en el cargo). Con estas premisas puso a trabajar a sus colaboradores más entrañables.
Después de barajar varias alternativas, uno de sus funcionarios multiuso (que fué Síndico General de la Nación, Canciller, Diputado, etc) aficionado a la expresión literaria tanto como a las bebidas espirituosas, sugirió una idea del agrado presidencial: ¿Por qué no hablar con la ciudadanía en el tono llano y desenfadado de un soneto que sintetice el clamor del líder y sirva a la vez de oriente para los aún indecisos?. La pieza podría publicarse en diarios amigos de gran circulación en todo el territorio nacional, utilizando relativamente poco espacio publicitario (con la consecuente economía de recursos públicos) y evitando el mayor peligro en un escenario electoral frágil y pobre de ideas: la réplica; ya que nadie discute con un papel escrito.
Al excelentísimo le entusiasmó la iniciativa y uniendo la acción al pensamiento encomendó a su acólito la elaboración de un borrador de análisis. La idea fué cobrando fuerza con las sucesivas correcciones hasta que quedó cerradita con paquete y moño. Pero faltaba todavía la prueba final, el beneplácito de la primera dama.
Comentan que el estrábico primer magistrado de la República le mostró a su consorte, todo algarabía, los versos escritos en su honor (el de ella, no el él) unos tres días antes de la veda electoral (otra ventaja de la iniciativa era quedarse con la última palabra de la disputa política) y que ella, incapaz de interpretar el sentido y profundo significado del poema le armó tremenda escena y se negó rotundamente a su publicación, en medio de improperios ipropios (valga la redundancia) de una aspirante a conducir los destinos de la Nación.
La mañana siguiente Néstor llegó a la Rosada hecho unas bragas, echó a todo el mundo de su oficina, hizo un bollito con el poema y lo tiró en el cesto de papeles de Rivadavia. - Ma si - dicen que dijo.
Mi conocido (y favorecedor) me permitió espiar la hoja A4 arrugada donde se lee:
SONETO K
Hermanos de este suelo castigado
que padeceis con temple de espartano
el deber y derecho ciudadano
de elegir al futuro magistrado,
mientras mirais desfilar, desfachatados,
ante cuanto micrófono haya a mano
viejos sátrapas puntanos y riojanos,
gordas místicas e innobles consumados.
¡A esta nueva visión de centroizquierda,
junto a Cristina, Chávez, Lula y Evo,
a sumar las voluntades os exhorto!
Y si no quieren váyanse a la mierda
no sin antes chuparme bien un huevo
y métanse los votos en el orto.
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10 comentarios:
Pero por qué lo habrá descartado, si todos los pensantes sabemos que es exactamente lo que piensa el señor presidente?
Mirá, si lo hubiese publicado, hasta me hubiese convencido para votar a su esposa, ya que le doy un inmenso valor a quienes se hacen cargo y deciden decir la verdad.
Está bueno el soneto!
Pablo: es la primera vez que me contacto con vos. Política no me gusta, soy de la época "del Pan dulce y los juguetes" y opté por callar desde el "55"...
EL "poema" me encantó, principalmente el final...
Quiero hacer un "llamado" alos seguidores de Sonia para hacerla despertar de éste letargo "veraniego".
Lo que pasaes que yo en mi blog no digo cosas "soeses"(por "respeto" a mis hijos):¡llamemos a SOnia!!
P.D.: Pablo te saludo con mucho respeto; mis hijos son Hermosos, Uno 44 y el otro 40.¡Muy buen año 2008.
Flor de Soneto !!!Me pareció retornar a mis clases de literatura en la Escuela Normal ,a Lope de Vega ,Francisco de Quevedo y otros tantos .Es extraño que el ex no lo haya aceptado porque está buenísimo y expresa lo que él debe pensar .Muy bueno lo que escribís ,nunca había entrado en tu blog ,pero como te conozco de lo de Sonia te siento como de los nuestros...
Estuvistes esplëndido en el último blog de Sonia; yo leí y aplaudí(no escribí, los dejé a uds.
Leí tu blogg: ¡Pablo se ahogó! Me imaginé la desesperación de tu mamá; yo en oportunidades creí haber perdido a mis hijos cuando eran chicos(no en el mar) y te digo que es la locura...
¡Tremendo lo de Meli!
Sos muy inteligente. nos diste clases de historia y geografía dejando traslucir el humanismo.
Te saludo con cariño y te digo, mi esposo, nuestro hijos y yo enamorados de "Nuestra Gessell".
Anird nájela.
Qué maleducado el que te contó!!!!!!
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajajajajajajajajajajajajajajajaj
Sonia:
Pobre presi si vos llegás a adivinar lo que piensa.
Alejandrina:
Podría ser mi madre, cumplo 42 en breve. Hace bien en evitar ciertos temas, como dijo algún iluminado "la política es el arte de lo posible..." (por hacerse rico en poco tiempo y costa del esfuerzo ajeno.
Cariños para Ud y los suyos.
Julieta:
Lope de Vega, Quevedo, creo que el traje me queda grande
Cuentan que cierta vez Quevedo le apostó a Góngora (otro destacado del siglo de oro) que era capaz de decirle a la reina de España en la cara que era renga (en verdad lo era). Se paró ante ella con una flor en cada mano y la saludó: "Entre el clavel y la rosa la reina escoja".
Mariel:
Bienvenida y pasá cuando quieras.
Era hora que contestes: ¡Claro que podría ser tu madre pero cuando tenemos los mismos ideales no se mira la edad sinó las opinione... Los amigos de nuestros hijos siempre siguieron siendo"nuestros" amigos... Agradezco tu respeto en el trato y que hallas puesto mi verdadero nombre. Desde yá te considero como si fueras otro amigo de mis hijos. ¡Gracias Pablo!
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