viernes, 16 de septiembre de 2011

Jaci se nos fue

Apenas esta mañana cerró para siempre la persiana del boliche dejando a Lola y a la Tana llorando por los rincones y a Goyito preguntando cuándo va a volver.
Nunca estuvo entre mis preferidas pero estuvo muchos años, los suficientes como para hacerme sentir su pérdida. ¿Qué cosas no? Un poco mas abajo Ashi abriendo la expectativa de la vida por llegar y aquí la muerte silenciosa y terca. Parece que ambas son inmanejables.


Hasta siempre minina, ojalá encuentres allá arriba un sofá igualito al mío donde te dejen despatarrarte a gusto sin dogos insolentes rondándote cerca.

lunes, 5 de septiembre de 2011

La empleada del mes

A mi esto de los negocios no se me da. No soy el típico caso del que compra un circo y le crecen los enanos o del que lleva un tenedor en la mano justo el día que llueve sopa, no, no, en general he salido un poco mejor que empatado cada vez que decidí invertir en algo que no sea lo mío y no me fue mal, simplemente tampoco han sido éxitos memorables los que resultaron de cualquier intento de diversificación, hasta el día que la compré a ella.
Entre entonces y ahora, lleva rendidas utilidades por un valor equivalente a unas 40 veces el precio que la pagué y lo mejor es que no me propuse ganar plata, sólo favorecer a un viejo amigo que bien favorecido salió.
Y no solamente no ha defraudado jamás expectativa alguna sino que ha demostrado un compromiso mas allá del deber al adoptar como propios y criar amorosamente cachorros ajenos de sus compañeras de trabajo menos comprometidas por cierto (por eso Papá la quiere ¿de quién esa preciosa?).
Hete aquí que estaba una noche de esas mirando la tele apoltronado en mi sillón copa de vino a medio tomar cuando escuché un ladrido raro, por el tono y por la insistencia, en la puerta de la cocina. Como le conoczco la voz abrí diciendo "qué mierda querés Ashi" y ella me miró y entró sin mas, en abierta contradicción con la regla "en esta casa los perros se quedan afuera". Acto seguido se echó sobre el sofá y se puso a roncar a pata suelta. Bueno, quedate un ratito, cuando me vaya a acostar te saco.
Y déle llamarla y no me daba bola mas que para mirarme con esa mirada que decía "macho ¿somos socios o no somos socios?". Fue una transacción justa, da mucho para pedir tan poco, y desde entonces a cierta hora de la noche ladra para avisar "soy yo Ashi, abrime" y le abro.

Esta mañana, la ecografía reveló que será madre, por tercera vez, de al menos ocho cachorros a principios de octubre y no quedó mas remedio que otorgarle el merecido reconocimiento.

                                         Ashi, la empleada del mes