jueves, 2 de diciembre de 2010

Perdonar es divino

¿Estás de acuerdo con que reconocer el propio error y disculparse es una actitud noble e intrínsecamente justa? Yo también.
¿Estás de acuerdo con que es de toda equidad reparar en la medida de lo posible el daño que tu obrar desprevenido haya causado a otro? Yo también, es más, así talcualmente lo enseño en la Facultad. Esta es la teoría, pasemos ahora al caso práctico.

Soy de esos que, salvo muy eventualmente, no pueden dormir sobre cosas que se están moviendo (bueno, no tan eventualmente si consideramos que la Tierra está animada por dos movimientos mas o menos circulares y mas o menos uniformes) lo cual descarta de plano, trenes, aviones, barcos, submarinos, ómnibus, autos, motos y bicicletas (en estas últimas es además obviamente imposible) y/o cualesquiera otros medios de locomoción conocidos o por conocerse, y también soy de esos que no te toman una píldora sino en casus extremis (me reservo para el Viagra cuando haga falta, Dios y la Virgen no lo permitan). Con movimiento y sin somnífero no duermo y hay que joderse.

Y cuando no duermo me desvelo y cuando me desvelo me pongo inquieto y cuando me pongo inquieto me asalta la impaciencia y cuando estoy impaciente me da por la ansiedad y cuando estoy ansioso se me antoja todo, incluso lo que no me gusta. ¿Has probado el café de máquina expendedora que generosamente ofrecen las compañías de ómnibus de larga distancia a su clientela? ¿no? te cuento: podría decribirse como jugo de medias (calcetines para los hispanoparlantes) negras de nylon usadas por un maratonista en verano. Hasta eso se me antoja cuando no duermo.

Y todos los demás pasajeros - incluso mis compañeros de trabajo - roncando a pata suelta, y la TV apagada, y el micro en penumbras, y afuera una noche tan cerrada que no daba ni para contar los postes de alambrado de aquellos campos interminables, y yo ahí solito con mis pensamientos, y la expendedora de café allá en el fondo de la nave guiñándome intermitentemente su único ojo rojo. Y vamos ¡tanto joder! cuánto puede empeorar la situación, qué sueño me va a quitar si estoy despierto como un suegro, y fuí y me serví bastante del oscuro y nefasto brebaje hirviente (debió llevar unas 36 horas de recalentado) en un vasito plástico y volvía a mi butaca cuando ocurrió aquella secuencia de eventos desafortunados.

Una mínima corrección del curso del vehículo produjo un bamboleo apenas perceptible de la cabina y de todo lo que en ella había, yo y mi vasito de café incluidos, de lo cual resultó que una pequeña cantidad de líquido caliente cayó en la mano que lo sostenía y por cierto instinto impreso en todos los seres vivos (llamado "irritabilidad") que nos hace proclives a alejarnos de inmediato de cualquier fuente de dolor o peligro, solté sin más el vasito al carajo y fue a dar sobre el pecho de un hombre que dormía plácidamente justo en ese sitio por extraño designio de los dioses. Parece ser que el potaje tardó un par de segundos en traspasar la tela de la cobija y la ropa que aquel infausto llevaba puesta para comunicar así los 120º C de temperatura a su piel también infausta, tiempo durante el cual mis principios fueron puestos a prueba.

"¿Debo plantarme ante él y ofrecerle toda la ayuda posible mientras me deshago en explicaciones y disculpas o aprovecho la penumbra para tirarme en algún asiento y hacerme el dormido hasta que todo pase? Bueno, cuando se apacigüe habrá tiempo para ser razonables, por ahora hay que hacerse el muertito en aras de la supervivencia?"

Se escuchó un AAAAYYYY seguido de toda clase de blasfemias provenientes de una silueta enfurecida que no hacía más que preguntar quién fue y por qué mientras golpeaba frenéticamente la puerta del retrete donde suponía oculto al culpable y hubo entre los pasajeros incluso algunos que llegaron a reconvenirlo por tan desconsiderada y abrupta actitud cuando la puerta se abrió y salió una nena de unos 8 años que todo el mundo sabe es muy jóven para tomar café.

Felizmente viajaba con el pobre infeliz su mujer quien lo asistió en cuanto pudo y lo instó a serenar los ánimos ante lo irremediable y el tipo gritaba "¿Y POR QUE NO DA LA CARA?" y ella "¿y cómo querés que se disculpe con el quilombo que estás haciendo? ¡pero carácter de mierda che!". Dios bendiga a las mujeres y su habilidad para transferirnos la culpa aún en perfecto estado de inocencia.

Durante la parada que hizo el micro para desayunar el damnificado nos escrutó uno a uno buscando ilusorios indicios de responsabilidad. Yo por las dudas ordené té para el desayuno, no vaya a creer que prefiero el café, y salí a fumar. La mujer hizo lo mismo y en un momento en que su marido fué al baño le expliqué lo sucedido tal como sucedió:

- Una de mis compañeras volcó accidentalmente el café sobre tu esposo y le dió tanta vergüenza que no se atrevió a enfrentarlo pero me ha pedido que te dé este dinero (más o menos el valor de una remera de buena calidad nueva) para que le compres una remera nueva con tal que no le digas nada hasta que haya terminado el viaje -

Ella aceptó ambos (el dinero y las disculpas de mi compañera) y los demás términos de la transacción y el derrotero llegó a su fin dado cierto punto, en relativa paz y armonía para casi todos los presentes.

Ah por cierto, yo también le pedí perdón, sólo que para mis adentros y ahora me pregunto ¿debí incluir en la indemnización el importe de un pomo de Pancután?. Esa duda no me deja dormir.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Mi abuela

A ella la trajo Marte - solía decir - nació en 1913 en Hamburgo, Alemania, epicentro de una, por entonces, convulsionada Europa; su niñez y juventud estuvieron signadas por guerras y posguerras. Única hija de una familia acomodada fué criada y educada para ser lo mejor que pudiera pasarle a un hombre en la vida y eso hizo, se casó siendo muy jóven con un prometedor oficial de la Wehrmacht, a quien le dió cuatro hijos, todos ellos (y marido también) devorados por la guerra. Viuda, sin hijos ni horizonte, aceptó el consejo de su madre de subir al barco que la traería a los brazos de mi abuelo, océano mediante. Ella no hablaba del ayer, decía con acierto que evocar el pasado es ocioso porque nunca devuelve nada y que había que aprovechar el día porque a la noche los vagos se vuelven aplicados. Ella no daba razón de sus razones, tuvo cinco nietos pero ojos para uno solo: un servidor; y muy poco, francamente, le importaban las argumentaciones de mi madre, en este tema y en casi cualquier otro. Ella tenía la magia del rey Midas en las manos, hacía cualquier prenda o muñeco de peluche, bordaba, tejía, cocinaba memorablemente y con tres o cuatro piñones y ramitas recogidas del jardín hacía un centro de mesa navideño que te cagabas sólo de verlo. Su casa resplandecía y una mesa puesta por ella con la platería y vajilla que salvó de su patria derrumbada, era digna de un banquete real, ni más ni menos. Esa era mi abuela.

Recuerdo un verano - yo tenía 8 años - que pasamos juntos en Villa General Belgrano, Córdoba, invitados por un matrimonio austríaco del que ella era muy amiga. Era una casona colonial emplazada en medio del campo y rodeada de sierras. El dueño de casa, Baldur, era afecto a coleccionar armas, las adquiría en remates de rezagos militares, las reparaba, y las colgaba en la pared por el puro gusto de admirarlas. Un domingo a la tarde dispuso unas cuantas latas de conserva como a media cuadra del porsche trasero sobre la rama horizontal de un árbol y se puso a hacer puntería con una carabina. Yo estaba fascinado con el evento y rompí sistemáticamente las bolas hasta que me dejaron probar, mi abuela no me miraba con aprobación digamos y a Baldur menos. En cierto punto el hombre le ofreció a mi abuela turno para voltear latitas y ella se negó parcamente, el insistió y ella accedió a condición de que la dejara intentar con un fusil antiguo que colgaba sobre la chimenea. Él la miró incrédulo, fué hasta la casa a buscar el arma, la cargó y se la ofreció bajo advertencia de que era realmente pesada y de grueso calibre y de que se afirmara bien para aguantar el retroceso del disparo. Ella se lo cargó al hombro y ...

(lo que sigue es el recuerdo impreso en la mente de un chico de 8 años contado por un hombre de 44, puede tener alguna imprecisión pero una cosa te digo: presté suma atención, creo que nunca estuve más atento en mi vida y lo mismo te hubiera pasado si hubieras visto a tu propia abuela con un fusil Level al hombro)

... disparó 5 veces, hizo 5 blancos y mandó a mejor vida a 5 latas, así nomás.

A mí se me cayó la mandíbula del asombro - como al pato Lucas - simplemente no podía creer que esa mujer que horneaba el mejor Strudel del mundo y bordaba mis iniciales en mis pijamas fuera la viva reencarnación de Billy The Kid. Nunca se lo he contado a nadie como tampoco lo que dijo a continuación.

- ¿Ha visto Margarita? las armas pueden entretener si uno las usa responsablemente - dijo el austríaco.
- Quien dice eso, Baldur, es porque nunca le ha disparado a un hombre - dijo ella.

Nadie dijo nada más.

Durante los 25 años que mi abuela vivió después de aquello y hasta hoy le he dado vueltas y vueltas a la sentencia pero nunca me atreví a salir de dudas.

jueves, 28 de octubre de 2010

Los que ríen, los que lloran

Estoy golpeado, no voy a negarlo, y cuando me siento así generalmente me pongo a cuestionar los planes de Dios. Ayer sin ir más lejos miraba el cielo preguntando - ¿Dónde está la coherencia de tu Plan que dejás vivir al sátrapa riojano con kilómetros de cocaína inhalada y te llevás al hombre que nos devolvió la esperanza? -

¿Cómo conocemos? ¿por los frutos? ¿por los diarios? ¿por los que hoy festejan? ¿por los que hoy sufren?

Siempre he creído que lo que realmente vale la pena cumple al menos dos condiciones: trasciende el paso del tiempo y se mantiene fiel a si mismo. Yo reconzco a Néstor Kirchner porque ...

... levantó la voz en la asamblea plenaria de la ONU para decir lo que yo hubiera querido decirles a las entidades de crédito internacional cuyas recetas nos quebraron: incompetentes (que queda mucho mejor que "corruptos" o "cómplices de la corrupción"; esa fué la primera vez en mi vida que me sentí representado)

... clavó bien hondo en la tierra cada una de las banderas que enarboló sin renunciar a sus convicciones (me quema recordar aquello de la "revolución productiva" seguido del desmantelamiento total de la industria nacional, o aquello otro de "conmigo $1 = U$D 1" seguido del corralito financiero, o - a más abundar - "el que depositó dólares recibirá dólares" (sonaba más bien como "Tólares") que terminó en la confiscación brutal del ahorro privado y más lejos en el tiempo aquello de "la casa está en orden" que derivó insospechadamente en las leyes de obediencia debida y punto final

... lo lloran los pobres de siempre, los jubilados, los emprendedores que volvieron a abrir las persianas, los que volvieron a pensar en el futuro, los que recuperaron su casa o la tuvieron por primera vez, los trabajadores, los jóvenes que nos quedaron después del exilio masivo, los enfermos, los discapacitados, los familiares de los muertos durante la dictadura, las víctimas que sobrevivieron, los que volvieron del exilio forzoso, los que creemos en la justicia y convivimos tantos años con la vergüenza de la Corte adicta del menemismo, los que somos de aquí, los que llevamos el azul y blanco en el corazón

... hoy ríen los poderosos, los que escribían "viva el cáncer" en los ´50, los estancieros que quieren retrotraer la situación a 1850, los explotadores, los nostálgicos del 1 a 1, los acomodados, los beneficiarios sempiternos del Estado ausente, los que llevan barras y estrellas en el corazón

Lo reconozco porque los que lo lloran somos muchos mas.

¡Hasta siempre Presidente!

viernes, 8 de octubre de 2010

2001 - 2010

"El sentido es donación de sí" dijiste ... Yo digo

La verdad sola y una en su podio se entrona
esquiva por seguida, por negada presente
y rara vez se muestra como amable anfitriona
al común de la gente.

Dios, primera razón de lo creado y su causa
y árbitro inconmovible de saberes velados
desde siempre y por siempre, sin mutar y sin pausa
nos gobierna callado.

La ciencia hecha hilado de principios rectores
a cubrir no llega la duda necesaria
acaso sea por eso que en paños menores
van sus leyes precarias.

La palabra acuñada en su afán queda trunca
de encerrar en el son de su nombre cada cosa,
la palabra rosa jamás fue ni será nunca
lo mismo que la rosa.

Yo no tengo más credo que el evangelio tuyo,
catecismo brutal de entregas encendidas
y ese don de sí mismo, de la vida, de suyo,
es en mi tu medida.


Feliz aniversario Tana.

jueves, 16 de septiembre de 2010

De suegras, nueras y otros desastres naturales

Las suegras tienen por lo regular, una propensión natural a saber el modo correcto de hacer las cosas incompatible con su tendencia, también regular, a decirlo abiertamente a las personas equivocadas: la nueras. Las nueras vienen de fábrica con una visión diversa de lo justo, lo bueno y lo verdadero, tan diversa que es casi su opuesto absoluto, cualquiera sea el anterior. Si en el plan Creador estuvo alguna vez la búsqueda de la armonía ambos ejemplares no debieran coincidir jamás en la misma coordenada espacio/tiempo (como hizo con los dinosaurios y los mamíferos digamos), pero esto - lo cual no escapó al elevado criterio del Altísimo - es fácilmente solucionable interponiendo entre las partes un tercero ajeno a la contienda: el marido.

Debí ausentarme de mi casa una semana por razones de trabajo, hecho habitual, sólo que desde que nos alejamos del radio urbano la agenda familiar se apretó un poco más: hacía falta alguien que se quedara en casa desde que la Tana sale a la mañana hasta que llega la empleada y todos los caminos conducían a la última (y también única, todo hay que decirlo) candidata de la lista: mi mama. A mi estas cosas no me gustan qué quieren que les diga, pero hay que hacer lo que hay que hacer diría Lolita. Y tengo mis razones para que no me gusten.

Así las cosas, el domingo anterior a mi partida se apareció la vieja con el bolso a cuestas y se instaló. Lo hablamos a solas hasta cansarnos - por favor mamá evita todo conflicto jurisdiccional, dedicate a tomar sol y a enderezar los tallitos del jardín, una semana pasa rápido - pero fue justo la última de agosto, llovió todos los putos días (gracias Señor por tus dones inmerecidos) y la vieja no puede estar sin hacer nada; nada que no termine causándome dolor de huevos digo.

Cada vez que llamaba preguntando cómo iba todo la Tana contestaba que bien (no es la palabra es la voz de culo con la que lo dice) que la vieja dormía en nuestra cama con Lola y ella se había mudado con el Tano al cuarto de arriba y que prácticamente no se veían más que un ratito a la noche. Pero eso basta.

Y ahora, por separado, los dos reportes que privadamente y a su turno me dió cada una de ellas, y por favor díganme si ven ustedes, por infinitesimal que fuera, algún punto en común. La Tana primero porque fue la primera en atajarme:

Tu madre humaniza a los perros, los quería meter adentro por la lluvia, me pidió que le diera algo para hacer porque se aburría y le dí lo que tengo pendiente para coser, pero cose con puntadas muy grandes y usa hilo de cualquier color, se la pasó peleándose con el Tano por el control remoto de la tele y por andar con el cachorro (el último que nos quedó de la camada) todo el día a upa y me mandó a pensar como diez veces (pensá Mónica, su frase de cabecera).

Y la Colorada:

Ese cachorro estaba muy flaquito y mirá ahora qué lindo lo puse, la Tana hizo dormir a Hugonote abajo de la lluvia y no lo dejó entrar, tiene un costurero muy básico y pocos repasadores y lo malcría al Tano que no te deja cambiar el canal de Disney XD (N del A: ¡qué cosa, parece un chico!) y hace escándalo cuando le decís que no a algo.

Y durante la cena blanquearon sus puntos de vista:

- Yo no humanizo a los perros lo que pasa es que tengo una empatía especial con ellos
- ¿Y yo no? Hugonote se queda abajo de la lluvia porque quiere, pudo dormir en el quincho, en el galpón o en alguno de los caniles que costaron una fortuna, pero le gusta la lluvia (N del A: cierto, tal vez extraña Asturias donde llueve a cada rato o tal vez es simplemente pelotudo)
- Tenés pocas cosas en el costurero
- ¿Y entonces cómo cosió toda esa pila de ropa?

Y la Tana, dirigiéndose a la empleada "¿cambiaste las sábanas de mi cama?" y la empleada "pero si las cambié hace dos días" y la Tana "te pedí que las cambiaras igual" y mi mamá "che, que yo soy bien limpita" y yo SE PUEDEN DEJAR DE ROMPER LAS PELOTAS PLIS

Y las dos, casi a coro "¿qué te pasa que tenés ese humor de mierda?, volvete nomás con lo tranquilas que estábamos nosotras".

Volviendo al principio ¿tengo razón o no tengo razón?

martes, 10 de agosto de 2010

La madre que los parió

Antes de ahora yo sabía lo que todo el mundo sabe respecto a los perros y no mucho más, pero aprendí y sigo aprendiendo mientras me divierto. Sabía por ejemplo que los pichichos vienen naturalmente predispuestos a ser afectuosos con el hombre (palabra aquí usada en sentido omnicomprensivo, es decir incluyendo a las mujeres) y en cambio no te bancan si sos mal bicho (lo cual no significa que sólo la buena gente tenga mascotas no señor, hay razones de espacio, tiempo, alergias etc que condicionan la elección); no me preguntes cómo pero eso lo sé y volví a comprobarlo cuando fui a buscar el cachorro que compré en Asturias acompañado de Juan y la dueña simplemente abrió las jaulas y salieron esas 10 moles llenas de dientes y rodearon a Juancho y le expusieron sus cuellos para acariciar en señal de sumisión como si lo conocieran de toda la vida. Ellos saben, no había por qué temer.



Sabía también que los perros son animales territoriales, aquello que uno entiende como propio es SU territorio donde albergan y protegen SU comida, SU agua, SUS crías, SUS hembras y SUS humanos, y se toman el trabajo muy en serio incluso poniendo el cuerpo si el guión lo exige. Y sin embargo hay manifestaciones de esa territorialidad que no conocí sino hasta transformarme en un experto recolector de soretes, grandes, como de un cristiano (si, a mi tocó digamos el hardware en esto de ser criador, pero a cambio no te levanto una cucharita de la mesa; un trato justo). Es un hecho que ellos, de tener el espacio suficiente, deponen perimetralmente sus heces por manera que a modo de señal olfativa de propiedad funcionen como advertencia para eventuales intrusos y lo hacen justamente en los flancos por donde cabría esperar la invasión ¿querés saber cuál es la parte vulnerable de tu casa? mirá donde cagó tu perro.



Alguna vez leí que ellos pueden memorizar y entender el significado de hasta 50 palabras lo que ignoraba es que pueden hablar mucho más que eso si uno entiende el lenguaje del cuerpo. En toda manada hay un líder y bajo él una trama de jerarquías que los demás conocen y respetan y es fácilmente reconocible para que no quepan dudas: Ernesto (el jefe de todo esto) es el único que camina con el rabo en alto como diciendo esta es la cola que hay que seguir, y el que mantiene la paz cuando la tropa se subleva. Y gobierna sin admitir cogobiernos pero sin oprimir ni sojuzgar y reconociendo a un sólo humano por encima de su autoridad. Si él te abre paso todos los demás también lo harán.



Ahora con las perras es otro par de botas porque ellas paren. Yo puedo ayudar disponiendo lo necesario para el evento pero no me pidan que cabecee, cada cual a lo suyo; la Tana, previsora, hizo el curso de criadora y creí, firmemente convencido, de que la naturaleza haría su parte; lo creí - decía - hasta la madrugada del pasado 8 de julio.



- ¡Pablo! (la Tana tiene una forma de decir mi nombre que presagia necesariamente la catástrofe; es un Pablo que uno espera seguido de "reventó el termotanque" o "nos invaden extraterrestres" o "vino una cuenta de luz de 10.000 mangos" y me despertó como el peligro a los mamados).



- ¡Ashi ya está pariendo!



El lavadero parecía el teatro de operaciones de Jack el destripador, había sangre (y otras sustancias de naturaleza repugnante) en los azulejos, en la paridera, sobre el suelo y en las manos de la Tana hasta el codo y ese olor a matadero. Ashi (primeriza) miraba con suma extrañeza ese amasijo sanguinoliento que acababa de expulsar y con el mismo gesto interrogante miraba después a la Tana como diciendo ¿y esto? y ella la confortaba mientras cortaba cordones y los ataba con hilo choricero. Me fui, demasiado para mis ojos, y la Tana reclamándome asistencia y yo tapándome los oídos con almohadones hasta que cedí y volví y me alcanza una palangana con las placentas - tirá esto a la basura - y yo (ni sueñes que voy a agarrar eso) ahí parado y Ashi que mete la cabeza en el tacho y se las come de un bocado y yo con las arcadas en la azotea le acerco el bebedero - ¿querés un poco de agua para pasar esa porquería, asquerosa de mierda? - y salí y esta vez no vuelvo ni con orden de juez. Uno a uno la Tana fue trayendo los cachorros a una caja al lado de la estufa hasta que todo terminó. ¿Terminó? No. Faltaba uno que Ashi parió y atendió solita bien entrada la mañana del día siguiente.



Y parido que hubo entendió fatalmente para qué tiene tetas.




viernes, 25 de junio de 2010

Eliminatorias

... así que yo, secretamente, voy a festejar los goles de los dos sin tomar partido ¿viste? porque en este punto no ayudan mucho ni la estadística que es una gran mentira ni los méritos previos - por lo menos hasta que se invente el mereciómetro - ni las glorias ya habidas, al contrario, todo suma nervios y no es cuestión de ponerse como loco que como dice mi vieja el fútbol sólo es un juego - ¡¡¡ LAS PELOTAS !!! - digo las pelotas no son todas iguales ni despiertan las mismas adhesiones, ahí tenés sin ir más lejos las elitistas pelotitas de golf no me vas a comparar por Dió, y como sé que se toma en serio, bien en serio, tan en serio como lo que es realmente serio digamos, yo no voy a mostrar preferencias hasta que me toque en carne propia y ahí que me perdone la Chamaquita pero la albiceleste como decía el flaco Menotti - Masotti pa´los amigos - está por encima de los hombres y de los nombres, así que Juan, Pal suerte para los dos dos y que gane el más mejor, o el menos peor, o el que tenga más suerte, yo argentino, y bastante enrosque tengo con ...

lunes, 31 de mayo de 2010

Cosa de hombres

- Le vua a hacer una pregunta Chango sin ánimo de molestar, me entró la curiosidad desde que usté le dice a su madre, a Eva, a la almohada, hasta a Lola le dice, pero a mi nunca y me dan como ganas de saber ¿vio? porque papá lo quiere mucho a Goyo y Goyo ¿lo quiere a Papá?

- Siii te quiero papaaaaaaá (con tono de "pero sí quedate tranqui mirá las cosas que se te ocurren" y esa sonrisa inmensa de sandía recién lustrada que me hace).

- Bueno Tano me sacó un peso de encima mire, y ya que estamos en tema y si no es abusar de su confianza dígame ¿a quién quiere más a papá o a mamá?

Pausa grave y reflexiva como rumiando la respuesta .... un minuto más o menos.

- A mamá (con gesto serio y tono de "a mamá toda la vida y por afano").

- Ya me lo sospechaba Tano mamero, blandengue y sobeta.

martes, 25 de mayo de 2010

¡Viva la Patria!

... para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino ...

martes, 18 de mayo de 2010

Margretta

Cada verano la misma historia, con todas las materias de ciencias exactas al hombro y peligrando en algún caso el pase de año, al volver de las vacaciones mi madre me hacía cumplir un exilio forzoso de casi dos meses en la antigua casona de mi abuela ubicada en Villa Ballester, lugar que concentra una muestra importante de alemanes inmigrantes en el gran Buenos Aires. Así son los teutones, Dios los cría y ellos se juntan. No es que a la Colorada le faltara empeño para enderezar retoños torcidos como quien suscribe, pero tampoco se podía soslayar la implacable eficiencia de la vieja y su scoring impecable de hacerme aprobar todos los años todas las materias pendientes, así que era una fija nacional, el 16 de enero de cada año yo partía, mochila y libros a cuestas, a tomar el tren que va al noroeste.

Mi abuela Margarita (Margretta Johanna Heinze), Margie para su entorno cercano, fue, según yo lo discierno, la mismísima personificación del pragmatismo, capaz como pocas de poner en blanco sobre negro esa compleja gama de matices grises que integra la realidad. Su pensamiento era simple y secuencial; hay reglas a ser cumplidas y hay que hacer lo que hay que hacer, no como si pudiera o no hacerse o hacerse de modo distinto - incluso con una variación infinitesimal - a lo prescripto por la regla, no no; HAY QUE HACER LO QUE HAY QUE HACER, no se si me explico.

Para ser honesto yo disfrutaba de aquellas excursiones y la misión en general se me hacía hasta placentera porque - cierto si - había una agenda estricta de asistencia a la profesora particular que ella contrataba ad efectum por la mañana y cumplimiento efectivo y comprobable de todas los ejercicios que me daba como tarea para el otro día por las tardes, pero también mejoraba notablemente la oferta gastronómica a la que estaba acostumbrado, no sólo porque la vieja tenía manos mágicas (toda su vida eran sus manos) sino también y principalmente porque siempre tuvo una poco disimulada predilección por mí. Mi abuelo solía decir que el día que yo nací se le paró el reloj y ahí quedó todo el amor que tenía hasta el fin de sus días. Digamos si ella me preguntaba qué quería para cenar y a mí se me antojaba un sandwich de oreja de chimpancé con tomate y mayonesa en pan de centeno lo peor que podía pasarme esa noche era que no hubiera conseguido pan de centeno. Mi abuela me amaba más según creo de lo que amó jamás a nadie, era algo palpable.

El aspecto social era la única regla que se me hacía cuesta arriba, en lo que duraba el retiro y hasta el examen en ciernes quedaba absoluta, terminante, inmutable, inclaudicable e insuperablemente prohibida bajo toda circunstancia cualquier salida nocturna de cualquier naturaleza; después de la cena alguna película en la tele y antes de la medianoche a dormir que mañana tempranito había clase particular de la que sólo podía eximirme muriendo durante el sueño. De lunes a viernes vaya y pase pero el sábado me agarraba como cosa nomás de pensar en la terrible joda que estarían disfrutando mis amigos. Algo había que hacer.

Puesto en la necesidad me brotan las coplas como agua de manantial así que uniendo acción y pensamiento me las arreglé para hablar por teléfono público con Dino (en la casa no había teléfono, públicos muy pocos en el barrio y que encima funcionara todo un prodigio) y quedamos en que me pasaría a buscar a la medianoche de aquel sábado para irnos de turné por ahí. El plan era que él se apostaría en la vereda de enfrente (es un barrio de casa bajas) y a las 12:00 en punto haría tres guiños con linterna hacia la ventana de mi cuarto en la planta alta, yo respondería con idéntica contraseña que no había moros en la costa y hecho esto saldría por la ventana, caminaría por el techo de tejas hasta la medianera y por ella hasta cruzar el jardín y saltar a la calle y regresaría por el mismo camino antes del amanecer sin que se hubiera advertido mi ausencia. Hasta hoy sostenemos, tanto Dino como yo, que aquel fue de nuestros mejores planes, tan bueno que incluso casi funcionó.

(continuará)

jueves, 29 de abril de 2010

¡Feliz día del animal!




A mi querida fauna (por estricto orden de aparición):


Jacinta

Tango

Ashi

Ana

Hugonote










viernes, 26 de marzo de 2010

48 horas

... además yo no se nada de objetos transicionales ni me importa un carajo, como si la psicología tuviera la llave maestra de los grandes enigmas humanos, lo mío es mas inmediato ¿entendés? mas del aquí y ahora por eso me abanico con la promesa futura de larga vida, bienestar y aire puro ¿me vas a decir que sólo yo ensucio el aire? ¿y ustedes que son, superhéroes?, hoy resulta que se plantan en el no irreconciliable y te dejan afuera hasta de los bares como si uno fuera leproso, sigan jodiendo nomás pero no se quejen el día que toda esta intolerancia desate la tercera guerra mundial, por que es así ¿viste? para incendiar un bosque no se necesita un lanzallamas, alcanza con un fosforito y ustedes llevan rompiendo las bolas el tiempo suficiente para desatar una tragedia y al divino pedo porque decime si no hay mejores propósitos a los que destinar tanta energía legislativa, tanta campaña del Ministerio de Salud, tanta bibliografía especializada, tanto reporte de la OMS que nadie se cansa de recomendar aunque sí de leer, pero haceme el favor, a quién le ganaron, qué quieren inventar, "perjudicial para la salud" psé, perjudiciales para la salud también son las suegras y nadie les cuelga un cartelito del pecho por eso, ni las manda a sentarse en la vereda o en la mesa que está justo al lado del baño, dejate de joder ¿a dónde vamos a ir a parar viejo? basta que algún boludo empiece con la Cruzada para que todos los giles se encolumnen detrás, y no me vengas con que reacciono así porque estoy ansioso, si yo no te decía ni te dabas cuenta y no te dije porque no busco aplausos ¿me entendés?, no quiero tu aprobación ni un carné de socio de la mitad saludable del mundo, lo que yo realmente quisiera es agarrar un Marlboro gordo como la zurda de Maradona y quemarlo hasta la mitad de una sola pitada pero me la aguanto ¿ves? ya van dos días completos con sus horas, sus minutos, sus segundos y sus milésimas y aquí sigo, y no me siento un prístino ni un iluminado en condiciones de servir como faro de los buenos hábitos del prójimo y ahora me encapriché y lo voy a logar porque soy tipo de empezar y terminar ¿viste? no como esos jetones que se prenden en las campañas de concientización con el índice en alto pregonando verdades a diestra y ...

lunes, 15 de marzo de 2010

Ese cielo

Según su costumbre, mis obligaciones me llevaron de nuevo a Bariloche y zonas aledañas la última semana y es ese el escenario de lo que quiero contarles. Nos habíamos propuesto examinar en cinco días todos los juicios de todos los fueros en los que es parte actora o demandada el organismo para el que trabajo, y allí fuimos, dos abogados para unas 50 causas en trámite desparramadas por toda la Patagonia norte.

Generalmente, las cuestiones logísticas son fáciles de resolver, apenas llegamos la autoridad local puso uno de los vehículos oficiales a nuestra disposición, pero déjenme decirles algo que tal vez se ignora respecto a los bienes públicos: como son de muchos son de Nadie y Nadie los cuida. Y poner a disposición no es exactamente lo mismo que entregar las llaves en el acto, pese a todas mi recomendaciones y súplicas me hice de la camioneta recién a las 5 de la tarde del martes, dos horas después de lo que tenía programado salir para cubrir el trayecto Bariloche -Zapala y llegar con luz de día. Son sólo unos 370 km pero muy escasamente transitados, en muchos tramos es camino de cornisa y entre ambos puntos no hay ciudades, qué digo ciudades, no hay siquiera pueblos, o parajes, o áreas de servicio, es más, no hay ni un miserable rancho, NO HAY SEÑAL DE CELULAR, por eso quería salir temprano, pero no. En fin, allá íbamos Tambu y yo, subordinación y valor.

No paramos ni para escurrir las aceitunas sin evitar con eso que la noche más cerrada de la historia del universo nos cayera encima faltando todavía un trayecto de 70 km por recorrer y sin embargo con optimismo desaforado nos imaginábamos en breve sentados a la mesa de algún bodegón avalanzándonos implacables sobre un corderito que llevara apenas horas muerto.

Dijo Murphy (sí, el de las famosas leyes) que todo lo que puede salir mal seguro saldrá mal y no hay construcción más condenadamente decidida ni de mayor comprobación histórica, bien lo se. De súbito la Partner me tembló en las manos haciendo ese ruido clásico como de que algo muy feo le está pasando a alguien (a mí, a nosotros) y sin tocar el freno orillé al costado de la ruta (allí no hay banquinas, hay miles y miles de hectáreas de estepa pelada y muy bien ventilada).

- ¿Pinchamos? - preguntó Tambu
- Eso o entró en convulsiones - le dije
- Bueno, la soga viene con mierda y hay que agarrarla con los dientes - su frase célebre.

Examinen detenidamente la siguiente secuencia de desastres:

1) El vehículo no tenía balizas ni una puta linterna (¿qué clase de idiota no lleva una linterna en el auto?), debimos encender todas las luces para hacernos visibles y disminuir las posibilidades de pasar a formar parte del decorado frontal de algún camión.
2) Criquet, llave cruz y rueda de auxilio no estaban a la vista, los fuimos encontrando instintivamente en distintos compartimientos,tomó cierto tiempo.
3) El auxilio está oculto bajo un armazón sujeto por un bulón a rosca cuya cabeza aparece en el baúl por debajo de la alfombra, tardamos un rato en darnos cuenta después de leer el manual que por supuesto estaba en cualquier lado menos en la guantera donde uno lo buscaría de primera intención.
4) Cuando por fin cambiamos la rueda, la rosca del bulón se falseó y no hubo manera de volver a poner la goma pinchada en el arnés metálico que colgaba tocando el suelo. Con el precinto del matafuego improvisamos un lazo para atarlo y a duras penas conseguimos cerrar el baúl.
5) Nos sentamos, puse el contacto y no hizo una miserable chispa, toda la batería se consumió mientras realizábamos la maniobra.

Bajé del auto con dos pensamientos secuenciales dándome vueltas por la cabeza. El primero fué una frase del Perito Moreno, creador de nuestros Parques Nacionales: "En la humilde aridez de la estepa se oculta la vida"; esperemos que vida sin garras ni dientes ni colmillos venenosos ni aguijones. El segundo pertenece a Serrat. "Todo infortunio esconde alguna ventaja"; y entonces lo ví, el paño oscuro del cielo, tan negro como en el principio de los tiempos, se alzaba exhibiendo todas las estrellas, las que nos corresponden por derecho y todas las demás, es algo que vale la pena contemplar incluso a expensas de un reventón tan desgraciado como inoportuno. Sea cual fuere tu idea de inmensidad cambiaría si vieras ese cielo.

Tambu se paró en el medio de la ruta moviendo los brazos como un náufrago y detuvo tal vez el único auto que hizo el mismo trayecto que nosotros ese día. Por supuesto su conductor no tenía (nosotros tampoco) cables para conectar ambas baterías pero un par de brazos extra nos permitieron mover la Partner en segunda (y cuesta arriba, otro detallecito) hasta que arrancó.

El resto del viaje lo hicimos cantando canciones típicas de cancha sólo que en el estribillo reemplazamos el nombre del odiado equipo rival por el del pelotudo funcionario que nos entregó la camioneta tarde y en las condiciones descriptas supra, a las que en mérito a la brevedad me remito.

martes, 2 de marzo de 2010

Viejésimo aniversario

Hoy es mi cumpleaños, así que pasando de a uno en fondo.

lunes, 8 de febrero de 2010

I should have better know

Como dijo Don Corleone las mujeres y los niños pueden ser descuidados, los hombres nunca, pero qué me iba a imaginar. Fue mi responsabilidad, lo admito, pero hubo razón para relajar el estado de alerta.

Para empezar hacia fines de noviembre la Tana, advertida de la ausencia de noticias de madre Natura durante varios meses consultó a una especialista que, descartado el embarazo, no descartó sin embargo la posibilidad de encontarnos ante los primeros escarceos de la menopausia y recomendó dejar de tomar anticonceptivos hasta aclarar el panorama. A la confusión general se sumó el horizonte próximo de las vacaciones, época en la que todo el mundo sabe que los apetitos afloran en proporción inversa al sentido común y en la que fácilmente caen en saco roto las admoniciones de adquirir hábitos de prevención olvidados en la adolescencia; no hay caso un perro viejo no aprende trucos nuevos. Un consejo chicas, en vacaciones hay que revalorizar el concepto de "NO" si se quiere evitar males mayores.

De alguna forma fui advertido, durante una de esas siestas veraniegas soñé que la Tana paría una niña, pero yo seguía en mi olímpica nube de ignorancia pasando por alto todas la señales luminosas que se alzaban ante mis ojos: Lolita (sin saber una sola palabra) empezó a jugar con un muñeco (símil de recién nacido) que tenía olvidado hacía tiempo, Goyito comenzó a mostrar un inusitado interés por los bebés y Jacinta siguiendo a la Tana hasta la puerta del baño y maullando como una enajenada hasta que la ve salir. Cierto, debí haberlo sabido mejor y si no mejor por lo menos antes.

El caso es que hace unas semanas, apenas colgué el teléfono (hablaba con Juan) la Tana me ataja en el jardín y me dice: "Vas a tener que volver a irte solo a España", subrayando la sentencia mediante la exhibición de una tirita reactiva de Evatest que ostentaba descaradamente ambas diminutas implacables paralelas rojas.

Ya no estamos para esos trotes, eso por comienzo, ni ella se veía a sí misma despertándose a la madrugada para dar de mamar ni yo encontraba resquicio donde acomodar la rutina de un bebé en nuestra apretada agenda, claro que esas fueron nuestras consideraciones, la nueva vida por venir tendría sus demandas y a joderse, a poner el cuerpo. Los médicos aportaron también su cuota de temores pronosticando con esas palabras que usan para meter miedo en la gente (embarazo de alto riesgo, padres añosos, viabilidad, estudios genéticos y dulzuras por el estilo), y otras vueltas de rosca que la Tana en su profunda fe y yo con mi obstinación terca nos negábamos a sopesar. A los casi 44 años que tengo ha de pasar un evento cataclísmico para poner mis actos en abierta contradicción con mis convicciones, o lo que es lo mismo tengo razón aunque esté equivocado.

En eso estábamos, hasta que esta mañana una ecografía mostró que se trata de un embarazo no evolutivo, un saco vacío de vida, una falsa alarma, parece que la naturaleza fue la única prudente en esta historia y nos deja con esta sensación a medio camino entre el alivio y la melancolía.

Bueno, al menos no tendré que volver solo a España.