jueves, 2 de diciembre de 2010

Perdonar es divino

¿Estás de acuerdo con que reconocer el propio error y disculparse es una actitud noble e intrínsecamente justa? Yo también.
¿Estás de acuerdo con que es de toda equidad reparar en la medida de lo posible el daño que tu obrar desprevenido haya causado a otro? Yo también, es más, así talcualmente lo enseño en la Facultad. Esta es la teoría, pasemos ahora al caso práctico.

Soy de esos que, salvo muy eventualmente, no pueden dormir sobre cosas que se están moviendo (bueno, no tan eventualmente si consideramos que la Tierra está animada por dos movimientos mas o menos circulares y mas o menos uniformes) lo cual descarta de plano, trenes, aviones, barcos, submarinos, ómnibus, autos, motos y bicicletas (en estas últimas es además obviamente imposible) y/o cualesquiera otros medios de locomoción conocidos o por conocerse, y también soy de esos que no te toman una píldora sino en casus extremis (me reservo para el Viagra cuando haga falta, Dios y la Virgen no lo permitan). Con movimiento y sin somnífero no duermo y hay que joderse.

Y cuando no duermo me desvelo y cuando me desvelo me pongo inquieto y cuando me pongo inquieto me asalta la impaciencia y cuando estoy impaciente me da por la ansiedad y cuando estoy ansioso se me antoja todo, incluso lo que no me gusta. ¿Has probado el café de máquina expendedora que generosamente ofrecen las compañías de ómnibus de larga distancia a su clientela? ¿no? te cuento: podría decribirse como jugo de medias (calcetines para los hispanoparlantes) negras de nylon usadas por un maratonista en verano. Hasta eso se me antoja cuando no duermo.

Y todos los demás pasajeros - incluso mis compañeros de trabajo - roncando a pata suelta, y la TV apagada, y el micro en penumbras, y afuera una noche tan cerrada que no daba ni para contar los postes de alambrado de aquellos campos interminables, y yo ahí solito con mis pensamientos, y la expendedora de café allá en el fondo de la nave guiñándome intermitentemente su único ojo rojo. Y vamos ¡tanto joder! cuánto puede empeorar la situación, qué sueño me va a quitar si estoy despierto como un suegro, y fuí y me serví bastante del oscuro y nefasto brebaje hirviente (debió llevar unas 36 horas de recalentado) en un vasito plástico y volvía a mi butaca cuando ocurrió aquella secuencia de eventos desafortunados.

Una mínima corrección del curso del vehículo produjo un bamboleo apenas perceptible de la cabina y de todo lo que en ella había, yo y mi vasito de café incluidos, de lo cual resultó que una pequeña cantidad de líquido caliente cayó en la mano que lo sostenía y por cierto instinto impreso en todos los seres vivos (llamado "irritabilidad") que nos hace proclives a alejarnos de inmediato de cualquier fuente de dolor o peligro, solté sin más el vasito al carajo y fue a dar sobre el pecho de un hombre que dormía plácidamente justo en ese sitio por extraño designio de los dioses. Parece ser que el potaje tardó un par de segundos en traspasar la tela de la cobija y la ropa que aquel infausto llevaba puesta para comunicar así los 120º C de temperatura a su piel también infausta, tiempo durante el cual mis principios fueron puestos a prueba.

"¿Debo plantarme ante él y ofrecerle toda la ayuda posible mientras me deshago en explicaciones y disculpas o aprovecho la penumbra para tirarme en algún asiento y hacerme el dormido hasta que todo pase? Bueno, cuando se apacigüe habrá tiempo para ser razonables, por ahora hay que hacerse el muertito en aras de la supervivencia?"

Se escuchó un AAAAYYYY seguido de toda clase de blasfemias provenientes de una silueta enfurecida que no hacía más que preguntar quién fue y por qué mientras golpeaba frenéticamente la puerta del retrete donde suponía oculto al culpable y hubo entre los pasajeros incluso algunos que llegaron a reconvenirlo por tan desconsiderada y abrupta actitud cuando la puerta se abrió y salió una nena de unos 8 años que todo el mundo sabe es muy jóven para tomar café.

Felizmente viajaba con el pobre infeliz su mujer quien lo asistió en cuanto pudo y lo instó a serenar los ánimos ante lo irremediable y el tipo gritaba "¿Y POR QUE NO DA LA CARA?" y ella "¿y cómo querés que se disculpe con el quilombo que estás haciendo? ¡pero carácter de mierda che!". Dios bendiga a las mujeres y su habilidad para transferirnos la culpa aún en perfecto estado de inocencia.

Durante la parada que hizo el micro para desayunar el damnificado nos escrutó uno a uno buscando ilusorios indicios de responsabilidad. Yo por las dudas ordené té para el desayuno, no vaya a creer que prefiero el café, y salí a fumar. La mujer hizo lo mismo y en un momento en que su marido fué al baño le expliqué lo sucedido tal como sucedió:

- Una de mis compañeras volcó accidentalmente el café sobre tu esposo y le dió tanta vergüenza que no se atrevió a enfrentarlo pero me ha pedido que te dé este dinero (más o menos el valor de una remera de buena calidad nueva) para que le compres una remera nueva con tal que no le digas nada hasta que haya terminado el viaje -

Ella aceptó ambos (el dinero y las disculpas de mi compañera) y los demás términos de la transacción y el derrotero llegó a su fin dado cierto punto, en relativa paz y armonía para casi todos los presentes.

Ah por cierto, yo también le pedí perdón, sólo que para mis adentros y ahora me pregunto ¿debí incluir en la indemnización el importe de un pomo de Pancután?. Esa duda no me deja dormir.

21 comentarios:

Ashiku dijo...

jajajajajaj¡¡¡

A mí del julepe se me notaría tanto como si tuviera escrito Nescafé en la frente...

Qué terrible debe ser que te despierte un atentado cafeínico.

Pablo dijo...

Imaginate Ashi, cómo mierda le pido disculpas después de volcarle café caliente encima, pobre tipo, no hablamos de una pequeña molestia, hablamos de un atentado como bien decís.

Juan dijo...

jajajajajajajajajajajaja.....jajajajajajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.ahora te comento..jajajajajajajjaa

Pablo dijo...

La parte más dura de aquel duro trance, Juancho, fue justamente aguantarme la risa.

Juan dijo...

Pero si lo mejor no es lo del café, hermano. Es tu reflexión sobre las transmisiones de culpa de las féminas. Agudísima. Como la del suegro despierto. ¿Tú no tendrás sangre andaluza bulliendo por tus venas, shiquillo?. Aunque te aplaudo por la solución. Eso son recursos y lo demás chuminás en ajopollo.

Pablo dijo...

Pero sí, cuando la mujer le dijo eso sentí una profunda empatía con el pobre cristo que era inocente de inocencia absoluta porque estaba dormidito como un ángel y lo despertaron a baldazos de café caliente, dejame de joder por Dió; aunque hay que reconocer que la forma en que las cosas se solucionaron finalmente se debió mas que nada a la pericia de esa mujer.

Anónimo dijo...

jajajajajaja toooontooo!! jajajajaja, qué bruto eres!!!!!
y si, yo como Ashi, sabrían que yo fui, aunque me hubiera bajado del autobús dos estaciones antes.
Molto bueno!!

¿Sabes? tengo desde el viernes el: ¿No has leído lo ultimo de Pablo??, por diooos, veeee, TIENES que leerlo!!...y yo intentando tener un tiempito en el que pueda disfrutar del texto sin ninguna otra distracción y no hay manera. Anoche me dice mi amor: Yo hago la cena, pero lee el post de Pablo ¿Cómo le digo que no??.
(lo leí desde el viernes, pero no he podido comentar (ni con él) ni dije nada y ya ves cómo me ha cundido)

pd.la cena deliciosa.

Gracias por la risa.

Luisa

Martín dijo...

ay, Pablo... esperaba más de vos. Reconozco que es más fácil tocando de oído, sin haber estado, pero si fue sin querer, fue sin querer, y hay que dar la cara.
Por estos pagos, con todas sus rarezas y formalidades, tienen lo que se podría traducir como un seguro de responsabilidad civil, como el del auto, pero entre particulares, y cubre eventualidades como esta (cuesta relativamente poco, unos 40€ por año). Por ejemplo, una vez en un casamiento una señora mayor se dió vuelta y con tanta mala suerte me golpeó el brazo con el que estaba guardando el flash de la cámara. 110€ salió el arreglo, de los que su seguro se hizo cargo. De las disculpas se ocupó ella, como correspondía.
Como confesión personal, creo que de chico habré estado en una situación como la que relateste, y aprendí rápido que confesar y dar la cara, por más que no se evite el castigo, hacen sentir bien.
Perdón por la perorata...

Pablo dijo...

Miralo vos a este Juancho, cocina y todo. Bueno me alegra que te diviertan mis torpezas, al cabo tienen una finalidad útil.
Te cuento que Tomate está varado en Madrid por el paro de aerolíneas pero está bien advertido: abrís esas botellas y te mato.

Pablo dijo...

Bueno Martín, solucioné lo mejor que supe y pude considerando las circunstancias. El problema de un seguro así es que a mí - previa evaluación de riesgos asegurados - me saldría carísimo.

pal dijo...

Lo de las mujeres no sé si perdonártelo por agudo, darte un trancazo por hasta en esta terminar echándole la culpa a la que al fin salvó a todo el mundo (sabiéndolo o no) o pasar a otro tema sin más.
Total que es cierto y lo que es cierto, es verdad poh! Las mujeres nunca dejamos de ser "mamás" y creer que tenemos que "criar" al que se nos ponga por delante... a veces, cuando Mesié me defiende con total convicción diciendo que "una más dulce y suave no hay" y yo noto que es pura parcialidad, me da vergüenza mi mierda de objetividad... pero en fin!
Y concratamente y a tu solución te digo: AMÈN. Listo.
Y cómo con lo sincericida que soy? cómo digo amén?
Mira, los hombres se tratan muy mal... no es llegar y arriesgar, cierto que fuiste juez y parte, pero creo que te impusiste la condena apropiada. Eso es al final, la verdad, verdadera y esta es que no merecías un puñetazo, pagaste la polera y ya.
(Te hago notar que si no fuera por TODAS las mujeres, imaginarias y reales, no te salvaba ni dios.)
Un beso.

ps una vez en un vuelo hubo turbulencias y en una de esas por agarrarme de algo, le enterré las uñas a un caballero en lo qu se dice la pelada... no quiero imaginar lo que le dijo la señora...

Pablo dijo...

Paluchis, sos sabia como un oráculo. Ese muchacho estaba como muy exacerbado (no sin algo de razón) y yo - entre cuatro hermanos - me crié, así digámoslo, fácil de manos, ergo cabía la posibilidad de terminar a los tortazos, yo me lo merecía tal vez pero él ya había tenido bastante. En cualquier caso pagar es un buen modo de expiar culpas y - qué duda cabe - siempre estaré agradecido a esa mujer.

Linda dijo...

Pablo..podria apostar que la mujer al final recibio el dinero y las disculpas...
Y si en verdad es lista, se compro con ese dinero su maquillaje favorito, unas medias, o un juego de lenceria divino!!!
Y asi acabo la historia....
o bueno eso hubiera hecho yo.

Ashiku dijo...

Y además esa mujer descarto que entendió muy bien cómo era la historia, después de que se la explicaste.

Pablo dijo...

Pero qué bandida esta Linda Deyanira! resulta que el marido pondría el cuero (pa´que se lo quemen con café caliente) y esha saldría beneficiada.

Pablo dijo...

Hasta la última palabra entendió, Ashi.

Linda dijo...

Oye Pablo...y porque decir que fué una compañera la que tuvo el accidente? hasta ahi fue una fémina la que te ayudo a resolver el problema...:)

Pablo dijo...

Linda, los dos somos bandidos.

Luisa dijo...

13 de diciembre
TRECE DE DICIEMBRE!!!
¿Tú crees que eso se puede hacer??
Ya fue mucho.
Me voy a mi Buzón a ver qué escribo, para poder publicarlo, porque si eso es lo que se necesita para no perder el contacto con ustedes, pues faltaría más!!
Te extraño.
HE DICHI!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

FELIZ CUMPLE!!!!
(y el resto se lo tragó el hiperespacio)

Martín dijo...

pucha, cierto, era el 2 de marzo, y yo papando moscas. Para variar.
Que los cumplas...