jueves, 16 de septiembre de 2010

De suegras, nueras y otros desastres naturales

Las suegras tienen por lo regular, una propensión natural a saber el modo correcto de hacer las cosas incompatible con su tendencia, también regular, a decirlo abiertamente a las personas equivocadas: la nueras. Las nueras vienen de fábrica con una visión diversa de lo justo, lo bueno y lo verdadero, tan diversa que es casi su opuesto absoluto, cualquiera sea el anterior. Si en el plan Creador estuvo alguna vez la búsqueda de la armonía ambos ejemplares no debieran coincidir jamás en la misma coordenada espacio/tiempo (como hizo con los dinosaurios y los mamíferos digamos), pero esto - lo cual no escapó al elevado criterio del Altísimo - es fácilmente solucionable interponiendo entre las partes un tercero ajeno a la contienda: el marido.

Debí ausentarme de mi casa una semana por razones de trabajo, hecho habitual, sólo que desde que nos alejamos del radio urbano la agenda familiar se apretó un poco más: hacía falta alguien que se quedara en casa desde que la Tana sale a la mañana hasta que llega la empleada y todos los caminos conducían a la última (y también única, todo hay que decirlo) candidata de la lista: mi mama. A mi estas cosas no me gustan qué quieren que les diga, pero hay que hacer lo que hay que hacer diría Lolita. Y tengo mis razones para que no me gusten.

Así las cosas, el domingo anterior a mi partida se apareció la vieja con el bolso a cuestas y se instaló. Lo hablamos a solas hasta cansarnos - por favor mamá evita todo conflicto jurisdiccional, dedicate a tomar sol y a enderezar los tallitos del jardín, una semana pasa rápido - pero fue justo la última de agosto, llovió todos los putos días (gracias Señor por tus dones inmerecidos) y la vieja no puede estar sin hacer nada; nada que no termine causándome dolor de huevos digo.

Cada vez que llamaba preguntando cómo iba todo la Tana contestaba que bien (no es la palabra es la voz de culo con la que lo dice) que la vieja dormía en nuestra cama con Lola y ella se había mudado con el Tano al cuarto de arriba y que prácticamente no se veían más que un ratito a la noche. Pero eso basta.

Y ahora, por separado, los dos reportes que privadamente y a su turno me dió cada una de ellas, y por favor díganme si ven ustedes, por infinitesimal que fuera, algún punto en común. La Tana primero porque fue la primera en atajarme:

Tu madre humaniza a los perros, los quería meter adentro por la lluvia, me pidió que le diera algo para hacer porque se aburría y le dí lo que tengo pendiente para coser, pero cose con puntadas muy grandes y usa hilo de cualquier color, se la pasó peleándose con el Tano por el control remoto de la tele y por andar con el cachorro (el último que nos quedó de la camada) todo el día a upa y me mandó a pensar como diez veces (pensá Mónica, su frase de cabecera).

Y la Colorada:

Ese cachorro estaba muy flaquito y mirá ahora qué lindo lo puse, la Tana hizo dormir a Hugonote abajo de la lluvia y no lo dejó entrar, tiene un costurero muy básico y pocos repasadores y lo malcría al Tano que no te deja cambiar el canal de Disney XD (N del A: ¡qué cosa, parece un chico!) y hace escándalo cuando le decís que no a algo.

Y durante la cena blanquearon sus puntos de vista:

- Yo no humanizo a los perros lo que pasa es que tengo una empatía especial con ellos
- ¿Y yo no? Hugonote se queda abajo de la lluvia porque quiere, pudo dormir en el quincho, en el galpón o en alguno de los caniles que costaron una fortuna, pero le gusta la lluvia (N del A: cierto, tal vez extraña Asturias donde llueve a cada rato o tal vez es simplemente pelotudo)
- Tenés pocas cosas en el costurero
- ¿Y entonces cómo cosió toda esa pila de ropa?

Y la Tana, dirigiéndose a la empleada "¿cambiaste las sábanas de mi cama?" y la empleada "pero si las cambié hace dos días" y la Tana "te pedí que las cambiaras igual" y mi mamá "che, que yo soy bien limpita" y yo SE PUEDEN DEJAR DE ROMPER LAS PELOTAS PLIS

Y las dos, casi a coro "¿qué te pasa que tenés ese humor de mierda?, volvete nomás con lo tranquilas que estábamos nosotras".

Volviendo al principio ¿tengo razón o no tengo razón?