martes, 10 de febrero de 2009

Todo hombre debe tener una mula y una vieja, la mula que no sea tan vieja y la vieja que no sea tan mula

El simpático letrero pintado en la pared del restaurante bastó para predisponer la velada en el orden correcto, el final de un día con cumbres y valles, como todos, pero bien distinto.
Empezó con la propuesta de Eva de llevarse a los chicos a dormir a su casa (no por nada le soporto sus deplorables aptitudes culinarias) y siguió con una ocurrencia sencilla pero novedosa: ya que estamos solos como novietes esta noche salgamos de lo común.

- ¿Qué y por dónde? preguntó la Tana, habitualmente desconfiada de mis raptos de inspiración.
- Nada de eso mujer, vamos a cenar a un restaurante mexicano, hice reservaciones para las diez.

Un local de construcción colonial muy bien ambientado (bah, digo yo sin saber de México más que por las aventuras de Speedy González), luz intimista, copones para Margaritas y aquella carta de platos incitantes y desconocidos. Créase o no, no soy un completo ignorante, por lo pronto tengo sabido que la cocina mexicana tiene identidad propia en la gastronomía internacional, no así, por ejemplo, la cocina criolla. Y ahí me lancé.

De entrada "chalupa mexicana" una tortilla crujiente con hebras de tocino, tomate en cubos y parmesano desmenuzado, de plato principal fajitos de pollo, lomo y verduras salteadas acompañados de arroz, pasta de frijoles y siete salsas típicas, de postre manzana morena; todo un banquete.

En particular dos de aquellas salsas merecen mención aparte. La verdad el picante no me acobarda, en el noroeste argentino crecen ajíes que te sacan el alma del cuerpo y los tolero, pero arremeter con el chile escabechado y con el chile cocido en salsa de soja sin ninguna previsión fué definitivamente imprudente. Con los labios anestesiados y media botella de vino pasada en auxilio del incendio, pregunté a la moza (camarera) si se trataba de variedades distintas de ají. Muy solícita contestó que era el mismo en preparaciones diferentes; una que realza su sabor naturalmente intenso y la otra que lo atenúa por la cocción. Debió decir: uno pica como la putísima madre y el otro como la recalcada madre que lo parió. Un tercer mejunje de crema agria obra el milagroso prodigio de apagar instantáneamente el ardor, haberlo sabido antes de bajarme la botella de una sentada, yo sólo conocía el truco de la miga de pan pero allí no sirven pan, sirven tortillas.

Terminó bien, llenitos, gratificados con la experiencia (sobre todo la Tana porque ella no corre riesgos) y con ganas de volver más informados la próxima vez.

Un dato a tomar en cuenta es que a comer delicias mexicanas no se va de corbata, el fajito traidor chorrea peor que la empanada salteña.

Ahora tengo una sabiduría más y una corbata menos.

26 comentarios:

Luisa dijo...

uyy Pablito...no, no...me duele la lengua sólo de imaginar la enchilada que te diste, qué bruto (un consejillo, cuando te pase otra vez -que lo dudo, el que con leche se quema, hasta al jocoque le sopla- con sal, mojas el dedo en sal y lo chupas, aminora la sensación de LUMBRE). Y bueno, yo en particular no cocino la comida mexicana con mucho picante, nunca me acostumbré, me gusta pero no en exceso, pero una vez que me pasó lo mismo que a ti, dije que nunca más, así que cuando vengan a la casa, no habrá problema.

Y yo que venía a darte un abrazo o un trancazo, venía dudando qué hacer primero...¿por qué?, por el refrán con el que titulas tu post, me haces recordar más veces de lo que necesito o quiero...Mi padre me decía: Hay prietas muy mulas y mulas muy prietas, morena!!!... Pablo, que cada vez que abres la boquita es pa darme un fogonazo de recuerdos ¿pos qué te pasa??.

Gracias, oyez....

Linda dijo...

Luisa como buena mexicana tiene razón , lo de la sal en la punta de la lengua no falla, ya me imagino lo que te picó, y eso que no era chile habanero, que ese es tipico de Mérida Yucatan, nunca he probado uno que pique más, y no solo al entrar en tu boca, sino que además te acuerdas de él al salir de tu cuerpo, cuando se lo doy a mi marido, hasta los azulejos del baño quedan arañados!!!jajajaja, pues bienvenido al sabor de México,si algun dia cruzas el charco y vienes para acá, me encantaría recibirlos y junto a mi esposo preparales un cabrito al ataud!!!(es un tipo azador pero cerrado como un ataud, el carbon va encima de una plancha que se pone como tapa al ataud, y queda de lujo) con sus frijoles con veneno (bañados con azado de puerco, el azado de puerco se corta en pedacitos chiquitos y se baña en una salsa de chile cascabel colorado)y de postre unos dulces de leche quemada con nuez llamados glorias de linares.y para tomar nada mejor que una cervecita bien helada, a mi me gusta la XXlager.
SALUUUD Y VIVA MEXICO!!!

pal dijo...

conchalaquetepa... perdón... es que eso que te propone Linda es lo que mata de la comida mexicana.
Yo tenía 15 cuando conocí méxico y no podía comer mucho pero hasta ahora lo recuerdo.
Las totillas y sus mil maneras no dejan de ser, como nuestros sandwich... son los guisos, los menjunges con carnes eso es lo que mata... ver freir chicharrón... ver vender pozoles en la calle... la probadita de la fruta en los tianguis... chiquillas es cierto lo de la comida mexicana.
Yo lo único que sé hacer son los frijoles, y tacos que cualquiera hace si le pones unos jalapeños bien puestos, y gracias. Una pena.
Besotes y enchiladas. Que diría Duda.

Linda dijo...

Conchalaquetepa!!!! esa le gano a mi espopotanham!!!y mi ascambario!!!Pal,es cierto lo que dices y si viste eso cuando viniste a México, entonces SI,CONOSISTE MEXICO!!!

Dosto dijo...

Dicen que muchos de esos ingredientes son afrodisíacos... terminaron entonces con lo que imaginó la Tana en un primer momento o no?
Luisa, es bueno saber lo de la sal!

*La Casalinga* dijo...

Cuidado de no manotear la pimienta en lugar de la sal!

Eso te pasa por hacerte el excéntrico, Pablo. Cuando un matrimonio de clase media, con hijos pequeños, puede operarse de ellos por una noche y decide salir a disfrutar de la soledad en pareja, no hay que imrpovisar porque puede salirte mal la jugada.
Mirá si se te complicaban las hemorroides? Qué explicación le dabas luego, en la oscuridad de tu cuarto, a la Tana, quien, no dudo, estaba más picante que el ají putaparió que te llevaste a la boca?

Luisa dijo...

Pobre Pablo, va a salir más enchilado que por haberse comido el triste chile...jaja

Pablo dijo...

Luisa, el refrán ha de ser mexicano nomás, sabía que te llamaría la atención. Lo de la crema agria "apaga lumbres" funcionó de maravilla, sólo que el dato llegó tarde por no preguntar.
Te digo que quedé con ganas de probar más, y no son sólo los sabores, la forma de comer es divertidísima. Por las dudas les escribo antes a Linda y a vos para ir con referencias válidas.

Pablo dijo...

Linda, éstos sin ser habaneros, dieron su buena batalla a la salida y eso que no tuve nunca ni tengo hemorroides.
En el norte argentino asan chivito de una forma parecida, colocan el animal en una bandeja que se deposita en un pozo luego cubierto con chapas donde se ponen las brasas. Sale de rechupete.
Hiciste mal en contarme tu menú porque estaré pensando en eso por meses.
¡Viva México!

Pablo dijo...

Palita, nosotros quedamos entusiasmadísimos con la experiencia culinaria mexicana y eso que ni siquiera probamos lo más representativo. Los de María Félix (así se llama el restaurante) no saben el amigo que se ganaron.

Pablo dijo...

¡Qué va, Dosto, si terminamos redondos como morsas!

Pablo dijo...

Lo que pasa Sonia es que tenemos nuestros lugares preferidos pero ya les comimos toda la carta. Había que ampliar horizontes y cargar con las consecuencias.

*La Casalinga* dijo...

La próxima, venite al Oeste: parrillada o pastas. No hay sorpresas raras que puedan arruinarte la velada.

pal dijo...

Pablo... yo también quedé soñando... soy de esas comedoras que piensan en comer, piensan... y tú con el chivito me recordaste las parrilladas... maldiiito!
Ya iré a Argentina y no te salvas... ay!!! qué hambre...
(aquí es donde me maravillo de no pesar 200 Kg... agradecimientos a la genética y a diositosanto...)

ps So, tú sólo piensas en eso porque tienes a la nena enferma, pero yo sacrifico una noche de pasión por una buena comida picante. Y yo de lo que no tiene Pablo ni nunca ha tenido, sé.

Anónimo dijo...

Linda debe vivir en el castillo del conde Dácula: primero te sirve un chivo al ataúd y, de guarnición, frijoles con veneno.

Ayyyy, qué miedo, esta Linda está cambiando pero demasiaaaaaaadoooooooo jajajajajja!!

Juan dijo...

Mi primer acercamiento a la comida mexicana fue una bravata de juventud. Aquí hay varios mexicanos- todos franquicias-, y bueno, te tomas la foto con el sombrero, las típica decoración, los margaritas de "bote", y todo eso. Pero los chiles ¡SON CHILES!. De joven hay uma frase a la que no te puedes negar(algunos como yo mismo incluso ahora) y es: ¿ A que no hay huevos de comerse un chile superpicante de un bocado?. Esto es peligroso porque se proponga lo que se proponga- excepto el asesinato, el estupro y aquello que decía Sonia de ponerse a vociferar improperios en la franja de Gaza- hay que hacerlo.No hay más. Es una regla. Ese chile nos puso a todos azules-menos mal que había suficiente cerveza cerca para ayudar.

Pablo dijo...

Sonia, pero lo lindo es la novedad, además ningún asado me gusta más que el que yo mismo hago y las pastas de la Tana son de competición.

Pablo dijo...

Palita, comer es (si no la más) de las cosas que más me gustan, me lo tomo en serio, me dedico. Una de las peores desilusiones que puedo tener en la vida es que me prometan un plato para la cena y me cambien el menú, porque pienso todo el día en ese manjar.
Y como vos, no te cambio el Cielo por un banquete (en justicia, yo debería pesar 1.200 kilos).

Pablo dijo...

Ashi, pero con todo yo voy a ese castillo, me siento en primera fila y me como el chivo muerto y los porotos envenenados.

Pablo dijo...

Juancito y a mí nadie me provocó, es más, la Tana me advirtió que probara poquito antes de zamparme un chile como venía. Pero eso no es cosa de hombres, amigo, el verdadero cavernícola troglodita de la llanura pampeana, descendiente directo de Tupac Amaru y San Martín, mete bien hondo el tenedor, engulle 4 o 5 de un saque y se incendia por dentro sin soltar una lágrima, carajo!

Pablo dijo...

Y después de eso cuelga un post en su blog para quejarse como un marica...

Juan dijo...

JAJAJAJAJAJAJA.......¡grande, Pablo!

Anónimo dijo...

El chivo siempre se come muerto, pero de ahí a que te lo cocinen en un ataúd...

Pablo dijo...

Si me apurás Ashi, hasta me escarbo los dientes con astillas de ese ataúd.

Martín dijo...

si la reacción de la Tana fue "¿qué y por dónde?", me pregunto por qué senderos bifurca tu vida al ocultarse el sol... o al bajar la persiana, o al cerrar la mampara de la ducha.
Pero supongo que esas cosas quedan entre la Tana y su abogado.

Pablo dijo...

Digamos Martincho que no hay tantas bifurcaciones. Pueden sí cambiar las circunstancias de modo, tiempo y lugar.