Siempre he creído que ninguna cualidad accidental de las personas define irremediablemente al sujeto. Así por ejemplo un vicio cualquiera, digamos fumar, que convida al instante la calidad de fumador a quien acostumbra hacerlo, no lo transforma de plano y sólo por eso en un vicioso, si el resto - o buena parte - de sus actitudes revelan un hombre sano. Es mi tendencia natural, soy tolerante, bien que menos por filántropo que por no enterarme de los juicios críticos que el prójimo pudiera hacer a mi respecto. Y he notado también que - con alguna variante - los varones en general suelen ser más dados a hacer el caldo gordo que las féminas. Dicho lo dicho vamos al quid de la cuestión.
Hace algunos años, bastantes en realidad, la Tana recién estrenada, de quien todavía ignoraba esa aptitud nata de tener ocurrencias venidas como de relámpago, me dice: "le pedí el auto a Papá y reservé una cabaña en San Martín de los Andes; nos vamos unos días, salimos este miércoles (de ceniza) y volvemos el viernes de la semana que viene". Como era lunes tuve más que tiempo suficiente para organizarme pero eso es materia de otro relato.
El móvil generosamente cedido para recorrer unos 5.000 kilómetros, era grande, lleno de botones, y de diseño mas bien deportivo, no importa, al cabo un auto es un auto y yo manejo como el viento desde los 17. Estaba feliz, eufórico, para mi cumpleaños (un mes antes) ella me había dado un prolijo envoltorio con el Evatest positivo dentro y ahora este tiempo idílico por delante. Vamos bien me dije.
Comíamos, paseábamos, pescábamos, hablábamos (sé que me olvido de algo pero no me viene a la mente), reíamos y disfrutábamos a pleno. Como nunca en mi vida debo reconocer y es que el comienzo del otoño en la Patagonia es un instante mágico, quien lo ha visto lo sabe.
Así fué que transitamos el camino de los siete lagos en dirección a Villa La Angostura la media tarde de un día lloviznoso. La Tana dormía sin prejuicios en el asiento del acompañante y yo pensaba en cosas que uno anda pensando, cuando noté - no inmediatamente - que el auto tenía autonomía propia y había dejado de responder a los mandos naturales; "non serviam" parecía decirme, lo mismo que cierto ángel caído. A decir verdad no iba a mas de 60 km/h y, aunque es camino de cornisa bordeado de precipicios, la ruta de ripio estaba en buen estado; no había razón para que el volante se comportara como una marioneta a la que le cortaron los hilos. El auto iba secuencialmente desde el borde del acantilado hacia el flanco de la montaña con total independencia de lo que yo hiciera. Sabía por habérselo escuchado a mi viejo, que ante la duda no hay que pisar el freno - ya sé lo que no debo hacer sólo falta averiguar lo que sí debo hacer - y también, por haberlo aprendido de algún guardaparque baqueano, que si chocaba contra la montaña rebotaría como una bola de billar y de lleno al precipicio. Tuve miedo, pa´que voy a decir una cosa por otra, pero no me desquicié. Miré a la Tana que se despertó con el bamboleo y le dije: "no es para que te preocupes pero hace como 3 km que no controlo el auto y creo que nos vamos a hacer mierda". En un punto dado frené abruptamente con toda la trompa en el vacío, me bajé con las piernas temblando y puse las balizas. Mi mente era un sólo interrogante: ¡¡¿¿qué mierda había pasado??!!, las 2 ruedas del lado del conductor estaban en llanta, cambié una por el auxilio y llegamos a paso de hombre hasta la Villa.
Según me explicó el de la gomería es bastante frecuente que en caminos de ripio las piedritas se cuelen por la banda de rodamiento, sobre todo en neumáticos de bajo perfil (deportivos) como los de ese auto, y se pierda todo el aire de golpe, y dijo también que lo más común es estrolarse cuando eso pasa.
Por alguna razón entramos en una casa de té y pedí una taza gigante de chocolatada, acompañada de una soberbia porción de strudel con crema. Antes de eso nunca me atrajeron los dulces y después tampoco, pero aquel bocado era la gloria, la vida.
De regreso, la Tana dijo algo que sentó precedente inconmovible: "manejá ridículamente despacio" y desde entonces hasta aquí insiste con el tema. Nunca choqué ni me chocaron, todos piensan que soy prudente al volante, pudo pasarle a cualquiera. Pero me pasó a mí.
Mata un perro y tu mujer te llamará "el mataperros" - decía mi viejo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
23 comentarios:
Bueno, primero que nada y con efecto retroactivo, bienvenido al mundo.Curioso que alguien pueda decirnos que manejamos despacio, cuando ellas saben que esta es una cualidad atribuida históricamente al sexo femenino y a los ancianos.Luisa sabe que no exagero.Está comprobado. Pero tú,amigo,maneja con cuidado. Como decía Cary Grant en cierta película: " Tengo esposa, hijos y varios barman que dependen de mí".
Y qué van a hacer todos esos barman sin mi?
Si voy (relativamente) despacio y hasta aquí, salvo por un rayón machazo que le hice al auto de mi padre cuando era pollo, vengo invicto de siniestros. La Tana está en una posición cómoda, dejó de manejar cuando quedó embarazada de Lola y nunca retomó el hábito. Como copiloto recuerda esos cirujanos maestros que siempren saben lo que hay que hacer pero jamás tocan un bisturí.
Cosas de la vida compadre.
Ni entiendo como la Tana puede comentarlo con una fracesita así... deben ser los nervios (de hierro), no se lo tengas en cuenta!
Me extraña, eso si, que no conocieras ese accidente. Es que Uds los hombres solo saben de motores formula 1- que nadie tiene- o de los últimos deportivos que igual no sirven para ir por caminos de ripio, son gastadores y no tienen cajuela decente. (TI PREGO!)
Lo de que las mujeres manejen despacito se cura fácil señores- si es que uds. quieren- dejenos conducir en carretera! Mi marido, cuando se quebró una mano a 2000 km de casa me dió la orden de "llevarle el auto de vuelta"... jijiji, no le quedó otra, yo me podría haber quedado, pero Auto? nonono... así volvimos,Auto y yo, y yo llegué a niveles satisfactorios incluso para seres humanos xy. 160- 180 km/h son velocidades que ni te das cuenta cuando las alcanzas en una carretera alemana, una- digamos- chilena te la regalo, con los hoyos... y ahí es donde me da por pensar... y si se me pincha un neumático? AAAAAAAAAAAAh! dejémoslo.
Y lo de que si fuma, blabla... es lo mismo que dice mi suegro, que es alcohólico, el dice que en todo lo demás es sano, que el nada y conduce perfecto... y que como dice la canción: "a el el alcohol, no le afecta los sentidos..." è cosi via...
Eso no vale, Pal. En las autovías alemanas no hay limitaciones.En las cabravías andaluzas cuando pasas de 130 tu propio sentido común y las leyes de la física te obligan a no pasarte.
Pablo...un amigo me contó que dejó tirados a todos los ocupantes de su coche en una gasolinera a 500 km de casa,porque estaba harto de que todos supieran manejar mejor que él. Compasivo regresó a por ellos a la media hora.Nunca más abrieron su boca.
Pal, la de veces que le he dicho "manejá vos y terminemos con esto"; pero no. Parece que todos mis autos vienen con equipamiento extra de serie, traen alerta de semáforo, alarma de cambio de carril y limitador de velocidad: la Tana.
En cuanto a los vicios, muchacha, me extraña araña, siempre es una cuestión de estándares, de grados. Tanto da que un pedófilo pague puntualmente sus impuestos y respete las normas de tránsito, porque es tal su desviación que impide la convivencia social. Yo hablaba de unos cuantos escalones más arriba.
Radical el vago, Juan, cómo deben haberle llenado las pelotas.
Yo, antes me jactaba de ser una excelente conductora (he tenido accidentes casi mortales, pero debido a mis ángeles que me ayudaron (eso sí deben de seguir en tratamiento psiquiátrico por el susto que les dí), no pasó a mayores. Al día de hoy, me conformo (y me enorgullece)con ser una buena copiloto. A veces no puedo evitar abrir mi gran boca (deformación profesional), pese a que mi marido es uno de las pocas personas que conozco que manejan excepcionalmente bien...Pero sí,en mi descargo añadiré que he ayudado en más de una ocasión que su estadística en siniestros sea nula..por eso me aguanta, que si no, él mismo me compraba mi boleto de temporada completa para irme en metrobus.
Ah Luisa, con tal que el excelente concepto que tenés de Juan en las lides pilotescas no vaya a variar de medio a medio la primera vez (y per secula seculorum) que algo no salga bien.
Pablo, tu compadre es más terco y más orgulloso que no acepta ni siquiera las puntualizaciones del GPS..."Se ha equivocado,cuando pueda, gire a la derecha" dice la inocente voz...Mi marido:TU MADRE Y UNA LECHE!!! Me voy por donde me sale de las narices!!....Cabe acalarar que los chicos y yo, nos encanta el numerito...¿Tú crees que yo pueda tener alguna ingerencia sobre su manera de manejar o alguna mínima sugerencia será escuchada?..cabezotas que es...(y me choca más no tener que corregirle nada, hasta cuando se equivoca, acierta!! (y eso no es sólo una frase)
¿Y qué mierda sabe el GPS?
Pablo, leía tu relato y me acordaba de una vez que volvíamos con marido del casino de Sierra de la Ventana en una camioneta Ford modelo ochenta y pico. Yo dormía en el largo asiento mientras marido lento pero seguro regrasaba al pago. En eso me despierta el traqueteo y sus volantazos para un lado y para el otro. Había pisado la banquina y la camioneta hacía eses en forma descontrolada. Afortunadamente no venía nadie de frente. Aplicó el concepto de "No frenar" y así estabilizó la camioneta.
No pasó nada, pero podríamos habernos estrolado contra un árbol, o volcado, los ángeles de Luisa anduvieron por aquí esa noche.
Yo manejo muy bien aunque reconozco que tengo tendencia a andar mas rápido que marido.
Dosto, si, como dice Murphy, todo lo que puede salir mal alguna vez saldrá mal, tenemos que la suerte nos rige a la par de la pericia. Yo ni siquiera sabía que eso podía pasar, y de no ser porque la máquina de vialidad había emparejado el camino dos días antes dejando el clásico montoncito de material en el costado que da al precipicio, seguramente nos hubiéramos desbarrancado. Pero salimos enteritos y el auto sin un rasguño, bien por el ángel de Luisa que tiene tiempo pa´todo.
Un gustazo tenerte por aquí.
oigan chicos, según dicen las malas lenguas, cada uno tiene el suyo, ehh?...el mío, ya te digo, le quedó una temblorina desde aquél día en que hice pérdida total el coche, y 5 coches más en una carambola...ya les contaré algún día mi aventurita (8 meses después de conocer a Juan)...Estoy como los soldados, enseñando heridas de guerra...¿si sabes cómo?, Muy orgulla de enseñar: Y ésta, casi me ahogo..y ésta otra me pasó un coche por encima (no es mentira, me han atropellado DOS VECES)...me he caído del techo, de una barda, de un árbol..me vine a tamborazos desde lo alto de una montañ..sí, ya le paro..tengo el cuerpo lleno de cicatrices...(y eso sin contar las cesáreas CUATRO)...en fin, que estoy hecha una porquería...
pero todavía aguanto un tren..ESTO PA EL QUE PASE POR AQUI Y ME OIGA POR CASUALIDAD; LO DIGO EN SENTIDO FIGURADO...(por si las cochinas dudas,caramba)
(no vaya a ser que me estrelle contra un tranvía un día de estos y ya la armamos)
Yo que Juan, Luisita, te aseguro por una prima de U$D 1 millón.
Y Juan, compadre, tanto intento y aún no lo logras.
Pablo...no hay capital en este mundo que asegure el riesgo de perderla...en todo caso si hacemos póliza vamos juntos. Prefiero estar muerto con ella.
(eso es romanticismo y lo demás tontería)
Bueno Juancho, es cierto, las carreteras en este país son lo máximo. No te digo lo agrsivos que son para manejar, pero eso si, siempre apegados a las reglas. Salvo la velocidad claro. Donde dice 120 leen 130 y donde dice 50 léen 60, pero te acostumbras.Si manejas de otro modo, molestas! Ya lo asumí.
Seguro que no hay nada más antipático que un comentador life de tu manera de manejar, sea xx o xy. Todos deberíamos cerrar la boca en cuanto nos subimos al auto con otro de piloto.Reconozco que no siempre lo logro, pero mi marido es peor. Cuando pregunta: "Por qué no lo hiciste así...?" Solo me sale responderle Porque no me sale de los ovarios!
Querido Pablete, el alcohólico se sube al auto y se siente James Bond! de eso va el asunto, de no sobreestimarse, cada cual con su culpa entonces. Supongo que te habrá tocado ya alguno, como abogado que eres, con eso de "pero si fueron un par de cervezas nomás..." Igual los hay con la cancioncita: "Pero si iba un poquito sobre 120 nomás..." Acá se dice, sobre tu tumba pondremos de epitafio: "este que yace aquí, tenía la preferencia"
Igual reitero mi admiración por tu accionar. Impecable. Ojalá a mi no me dé por pegar el frenazo si algún día me toca. (HORRROR! DIOSITOSANTOQUIERA QUE NOOOOO!)
Digámoslo así: la baja velocidad, cuando corresponde, nos hará perder la buena reputación, pero salva la vida.
Y como diría el I- chin: "No hay mácula".
me mató....
:o)
¡Qué jugador Juan! Me plego a tus términos compadre porque, para empezar, sin la Tana yo no sabría en qué gastar tanta guita (ella es la de las ideas).
Pal tuve el caso de una mujer que se incrustó contra el portón cerrado de un garage destrozándolo, lo mismo que a su auto y a una moto que había allí dentro. La aseguradora - con razón - se lavó las manos porque ella iba con el registro (licencia) caduco y porque todo el negocio se basa en no cubrir riesgos esotéricos. Durante la audiencia mi defendida insistía en autodisculparse y yo tratando de callarla; en un momento el colega de la contraparte le pregunta irónico: "¿pero entonces el portón se le vino encima a Ud?". Todo el profesionalismo del mundo no hubiera alcanzado para contener la risa.
Luisa, hace unos días la Tana sacó un seguro de vida y me mandó el siguiente mensaje de texto: "si muero tendrás tu dinero". Respondí: "en el mundo no hay tanto dinero".
Publicar un comentario